El vocero de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville, consideró ese viernes que el retiro de Venezuela de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sería "muy grave", al tiempo que instó al Gobierno del presidente Chávez a "repensar su decisión".
En rueda de prensa, Colville recordó que si bien el gobierno venezolano todavía no ha tomado la decisión de salir de la CIDH "sí ha dado el primer paso" al establecer una comisión para evaluar la salida del país de este organismo regional.
El pasado día 1º de mayo, el presidente Chávez pidió instalar el Consejo de Estado para que evalúe la retirada "de la tristemente célebre Comisión Interamericana de Derechos Humanos", al considerar que es "un mecanismo que usa Estados Unidos" contra su país.
"Los cuerpos regionales de derechos humanos juegan un papel muy importante en la protección de los derechos humanos y refuerzan los estándares y los tratados", defendió el portavoz de la Oficina del Alto Comisionado.
Asimismo, opinó que la CIDH "ha tenido un impacto tremendamente importante en Latinoamérica, especialmente en defender la justicia para las víctimas de violaciones de derechos humanos, en particular durante las dictaduras en muchos países latinoamericanos".
En su intervención, Colville instó al Gobierno de Chávez, así como a todos los países americanos a "continuar cooperando con los mecanismos de derechos humanos nacionales e internacionales y no tomar ninguna medida que tenga como resultado un debilitamiento de la protección de estos derechos".
El portavoz hizo este llamamiento no solo a Venezuela, sino a todos los Estados y para evitar las "posibles ramificaciones" que la propuesta venezolana de salir de la CIDH pueda tener en todo el continente.
TalCualDigital
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