Parece que las instituciones del país funcionan por inercia. Todos callan sobre el asunto y lo dejan pasar, mientras el chavismo seaprovecha para ponerle la mano al cuello de esos funcionarios transitorios de un país que ni ocupante de la silla de Miraflores tiene actualmente. Son instituciones acéfalas, de un país sin cabeza
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
En Venezuela han dicho hasta el cansancio que estamos en "transición". El propio Fernando Soto Rojas dijo en la sesión de la Asamblea Nacional del sábado pasado que estamos en ese camino entre el capitalismo y el socialismo. La retórica, sin embargo, no es inocente, especialmente cuando uno ve cómo las instituciones del país funcionan por inercia y acéfalas.
A finales de abril próximo se vencen los períodos como rectores de Tibisay Lucena, Vicente Díaz y Sandra Oblitas y en el Parlamento no se ha comenzado ni el primer paso del procedimiento para nombrar sus sustitutos.
¿Vamos camino a un CNE sin directiva formal? ¿Van a sacar a esos tres y les darán las sillas a sus suplentes como hizo a lo bravo Luisa Estella Morales con 7 magistrados del TSJ? Si la AN no nombra nuevos rectores, el máximo tribunal pudiera disponer de una directiva accidental, como ya hizo en años anteriores cuando las bancadas legislativas no se pusieron de acuerdo. Algo que puede repetirse en esta oportunidad debido a que ninguna corriente tiene mayoría calificada.
Lo mismo ocurre con el TSJ. Se vencieron períodos de magistrados en diciembre y la AN nunca se activó para nombrar nuevos. Entonces Luisa Estella aprovechó para abusar y cerrarle la puerta a los incómodos.
El Legislativo tampoco ha hecho lo propio con la Contraloría General, dejando encargada a Adelina González desde hace año y medio cuando Clodosbaldo Russián murió en La Habana. Un año y medio después, no hay contralor titular en el país.
Y así funcionamos, de suplente en suplente, de encargado en encargado. Cargos ocupados transitoriamente por quienes pueden caer en la manipulación bajo amenaza de remoción, por ejemplo.
Pero ningún diputado dice nada. Todos callan sobre el asunto y lo dejan pasar, mientras el chavismo seaprovecha para ponerle la mano al cuello de esos funcionarios transitorios de un país que ni ocupante de la silla de Miraflores tiene actualmente. Son instituciones acéfalas, de un país sin cabeza.
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