SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Otra tragedia en una cárcel venezolana. Los mismos ingredientes siempre producen los mismos resultados. Mantener una ministra incapaz, produce Uribana, como antes generó Yare, El Rodeo o La Planta. Más de 700 reos han muerto bajo la administración de Iris Varela. Otro cómplice en estas masacres es la Guardia Nacional, pues son sus integrantes quienes dejan entrar o venden las armas de fuego que tienen los presos. La respuesta también es la misma de siempre, por lo que no es aventurado afirmar que en cualquier momento se repetirá lo ocurrido en Uribana en otro penal del país.
La ministra Varela, con la irresponsabilidad que la caracteriza, le echó la culpa de los sucesos a los medios de comunicación, en particular a Globovisión. Hasta ahora nadie ha confirmado que alguno de los reos falleciera por haber sido impactado con un ejemplar de la programación de dicho canal, o con el taco que identifica sus micrófonos. Pero la irresponsabilidad de la Fosforito no se queda ahí, tampoco han querido dar los nombres de la mayoría de los fallecidos, ni siquiera confirmar cuántos son, con lo que la angustia de los familiares crece. No hay quién los atienda.
Hay que destacar la actuación que en esta masacre ha tenido el Usurpador Nicolás Maduro. Mientras la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, dejó la cumbre en Chile y se trasladó a la ciudad donde se produjo la tragedia en una discoteca, el Usurpador pasó rasante por el país, pero no peló la referida cumbre, y pidió a la Fiscalía y a la Asamblea Nacional que realizaran una investigación “hasta las últimas consecuencias”.
Seguro que serán las mismas consecuencias que hubo en las investigaciones de todas las masacres y asesinatos ocurridos en las cárceles del país. Los privados de libertad, eufemismo que utilizan los funcionarios chavistas para llamar a los reos, de lo que realmente están privados es de justicia.
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