Los actos públicos de los integrantes del gobierno nacional se están convirtiendo en un torneo de jalabolismo realmente lamentable. Cualquiera de ellos al que le dan el derecho de palabra no hace sino proferir lisonjas, loas y alabanzas al enfermo habanero
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Las comparecencias públicas de los integrantes del gobierno nacional se están convirtiendo en un torneo de jalabolismo realmente lamentable. Cualquiera de ellos al que le dan el derecho de palabra no hace sino proferir lisonjas, loas y alabanzas al enfermo habanero. Adulación, elogios, enaltecimientos francamente exagerados. Ayer martes, en una transmisión hecha desde Sabaneta de Barinas, tierra chica de Chacu, ganó el torneo, pero de calle, el ministro de la Defensa, almirante Diego Alfredo Molero Bellavia, que sin mucho esfuerzo jaló de lo lindo. “Enorme”, “Grande” para la humanidad fueron algunos de los adjetivos endilgados a Esteban.
Los otros integrantes y panelistas que intervinieron no pudieron superar tal perfomance. A la hora de hacer un ranking, el segundo lugar lo obtuvo el Usurpador Nicolás Maduro, seguido de cerca por la ministra para el seguimiento de lo prometido y no cumplido, la también almirante Carmen Teresa Meléndez, y en un lejano y discreto cuarto lugar el ministro de Información Ernesto Villegas, quien incluso hizo una especie de autocrítica a lo ocurrido en la cárcel de Uribana, además de darle el pésame a los familiares de los presos asesinados. Claro que la autocrítica tuvo sus bemoles.
Escuchando al ministro Villegas parecía que el gobierno acababa de estrenarse, que nos encontrábamos en 1999 y no en el 2013. Resulta que ahora sí se van a tomar medidas en las cárceles, que ya la soberanía en dichos establecimientos no estará en manos de los pranes, sino en las del Estado. Que quienes trafiquen armas o drogas con los detenidos deberían ser considerados como “traidores a la patria”, propuso Villegas. Si los ponen presos ya sería un avance. En todo caso, si la mitad del tiempo que emplean en adular a Esteban lo dedicaran a resolver los problemas carcelarios, tendríamos los mejores penales del planeta.
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