Por: VenEconomía
Las mentiras de la revolución castrochavista han llegado al extremo de lo tolerable.
Para comenzar, la opacidad con la que se ha manejado la enfermedad del Presidente ha cruzado la frontera hacia la ilegalidad, violentanado la Constitución a diestra y siniestra, al colmo que ya no solo es que no se sabe si Chávez está vivo o muerto, agonizante, conciente o en letargo inducido.
Ahora también, este martes 15 de enero fue el “vicepresidente” Nicolás Maduro quien acudió a la cita inaplazable del Presidente de la República (en reposo indefinido sin haber juramentado el cargo) con la Asamblea Nacional para presentar la Memoria y Cuenta de 2012. Maduro llegó con la supuesta enconmienda de Hugo Chávez de entregar la Memoria anual y con el anuncio de que Chávez había ordenado la designación de Elías Jaua como Canciller y Vicepresidente Político del Gobierno. Para agravar esta ilegalidad, en Gaceta Oficial que circuló este miércoles salió publicado el Decreto Presidencial Nº 9355 con tal nombramiento con la rúbrica del mandatario, especificando el Ejecútese que fue “dado en Caracas a los quince días del mes de enero del año dos mil trece, año 202º de la Independencia, 113º de la Federación y 13º de la Revolución Bolivariana”. ¡Una mentira publica y notoria que raya en el delito!
Este Estado falaz también miente sin cesar sobre el estado de la economía.
Ya las cifras de la Balanza de Pagos no son confiables. Un ejemplo de ello surge al analizar las cifras del Banco Central que revelan que en 2012 se registró un déficit insignificante de $270 millones en la Balanza de Pagos. La irrealidad de la cifra se evidencia con el registro de importantes “ingresos” (no explicados) en las reservas internacionales en el último día hábil del año por un monto de $3,7 millardos.
Miente igualmente sobre los ingresos petroleros, al informar que ascendieron a $92,2 millardos en 2012, equivalentes a 2,44 millones de b/d a $103,42/bbl. Según fuentes internacionales confiables, se estima que las exportaciones fueron en realidad de unos 1,8 millones de b/d para un total de $68 millardos. La diferencia de $24 millardos estaría compensada mediante salidas igualmente ficticias en las cuentas de capital y/o errores y omisiones.
Tampoco son veraces las cifras sobre la inflación la cual cerró el año en 19,5% para Caracas, casi diez puntos menos que el 29,0% registrado en 2011. Éstas aunque tienen apariencia de realidad están desvirtuadas por los controles de precios, que no permiten que las cifras oficiales reflejen a cabalidad la situación y que se mantienen a costa de mayor desabastecimiento, ya que el índice de escasez que mide el mismo BCV cerró en 16,3% en diciembre, el más alto desde mayo de 2008.
Además se miente al decir que la economía creció en 5,5% en 2012, cifra que aunque pueda tener cierta validez estadística es el resultado de un endeudamiento del 15% del PIB, que permitió mayor gasto fiscal y a su vez permitió un tremendo aumento del consumo y un incremento descomunal de las importaciones muy superior al aumento de la producción.
Esto sin contar con las mentiras sobre los resultados de la Gran Misión Vivienda Venezuela o sobre la inseguridad.
Son todas mentiras extremas que violentan no solo la gobernalidad de la República, sino también la sostenibilidad de la economía y el estado de bienestar de los ciudadanos.
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