Aseguró que recibió "un mensaje del más allá para mejorar la salud de Chávez"
LORENA EVELYN ARRÁIZ | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
San Cristóbal.- La ofrenda fue "ordenada por Dios". Debía sacrificar a su madre para lograr la recuperación del presidente Hugo Chávez. Así lo confesó José Alberto Alviárez, de 40 años, cuando fue detenido por efectivos de la Policía del Táchira, el lunes, pasadas las 7:30 am.
Los funcionarios llegaron hasta el sector El Ojito del municipio Independencia del estado Táchira, alertados por la comunidad, quienes al ver el humo y otros indicios, supieron que algo pasaba.
Las autoridades y los mismos vecinos presumen que todo pudo ocurrir durante la madrugada de ese mismo día. En esas horas, José Alberto asesinó a Eduvina Alviárez Suárez, de 80 años. Organizó todo para llevar a cabo el ritual en la sala de la casa donde los dos vivían.
Allí, sobre un denso pozo de sangre que se había mezclado con el acelerante que usó el hombre para luego incendiar el cuerpo de su madre, estaba el cadáver de la dama. Cuando los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas de la región llegaron e hicieron la inspección, se dieron cuenta de que el hombre golpeó a Eduvina, le disparó, le cortó las manos y los brazos y luego, después de rociarle un acelerante, la incendió.
Al ser detenido, José Alberto Alviárez fue llevado a un centro de salud, pues tenía sus manos y pies quemados. Tras curarlo, lo entregaron a los detectives del Cicpc para que lo interrogaran y lo presentaran ante un tribunal.
Un vecino del sector contó que el victimario le confesó que había matado a su madre, porque "había recibido órdenes del más allá... Para que el presidente Hugo Chávez se sanara, debía asesinarla". Esa persona, cuyo nombre no será revelado, fue la que alertó a las autoridades pues temía que se cometiera otro crimen.
En la casa se halló el arma de fuego que habría sido utilizada por el hombre. Los residentes de El Ojito" manifestaron que Alviárez era una persona "sin vicios", que se dedicaba a las actividades del campo y que no había tenido problemas con nadie en el sector. Todos se mostraron sorprendidos por el hecho de sangre. Sin embargo, un familiar indicó que el agresor sí tenía registros de cambios repentinos de personalidad eventualmente.
Valero Alviárez fue presentado ante el Tribunal 4° de Control del estado Táchira. Allí, el juez, después de la exposición de los fiscales del Ministerio Público, dictó la medida privativa de libertad para el hombre, a quien imputaron por "homicidio calificado".
El titular del tribunal que conoció el caso fijó como sitio de reclusión el Centro Penitenciario de Occidente II.
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