Por: VenEconomía
Las reservas internacionales de Venezuela han caído a los niveles más bajos desde noviembre de 2004, dejando al país en condiciones precarias para sostener el ritmo de las importaciones, pagar la deuda externa y respaldar la moneda. El país está en puertas de una severa crisis de Balanza de Pagos y su economía está a punto de implosionar.
No obstante, Nicolás Maduro, en su rol de Presidente de la República gracias a los malabarismos del CNE, no se le ocurre otra idea que marcharse con todo su combo a China a implorar por $5 millarditos más en préstamo pagadero con petróleo.
Varias cosas no van bien con este viaje:
La primera que haya armado un escándalo alegando que se le había negado el permiso para sobrevolar el espacio aéreo de Estados Unidos a bordo de un avión del gobierno de Cuba. (Resulta que el permiso sí fue concedido, pero con cierto atraso por el incumplimiento por la parte venezolana de algunos procesos burocráticos.)
La segunda, es la exageración con la que han rodeado los anuncios de los supuestos beneficios que traerá este viaje al país. Éstos según informó en rueda de prensa Maduro, incluyen el “ratificar, ampliar y profundizar la relación estratégica de alto nivel para el apuntalamiento del desarrollo en Venezuela como país potencia en el marco de América Latina".
La realidad es que todo este viaje trae más bulla que cabuya, y lo que ciertamente demuestra es la gran debilidad que el gobierno de Maduro tiene frente al de China, así como la urgente necesidad de sus recursos.
Por ejemplo, ¿qué necesidad tiene Maduro de viajar hasta China en medio de una crisis económica y social en el país, para firmar una transacción dentro del convenio del Fondo chino-venezolano con el objetivo de convenir por tercera vez un préstamo pagadero en petróleo? Visto así, el viaje es un signo de debilidad y sólo tiene explicación en la posible resistencia del gobierno chino de seguir desembolsando dólares a un país que no ha cumplido cabalmente con los acuerdos anteriores.
Otra muestra de debilidad es el hecho de que se le haya otorgado a la estatal china CITIC Group, la concesión de Las Cristinas, una de las minas de oro más grande del mundo, la cual ha sido objeto por años de manejos políticos incluyendo una “nacionalización” decretada por Hugo Chávez desde Bielorrusia con el argumento de que “esas minas son para los venezolanos, no para las transnacionales”.
Hoy su heredero Maduro está a punto de entregar Las Cristinas a CITIC, asi como otros tajos en la Faja del Orinoco a otras transnacionales chinas. ¿Será que estas entregas son parte del “costo” del nuevo préstamo de $5 millarditos? ¿$5 millardidos que le permitirán correr la arruga de la crisis económica hasta después del 8 de diciembre y, de paso, abultar aún más algunas alcancías boliburguesas?
Por último, la pregunta de las sesenta y cuatro mil lochas ¿Se darán a conocer en las cadenas del Noticiero de la Verdad las condiciones de estas entregas a las muy capitalistas empresas estatales de China?; o ¿se informará el costo real del nuevo préstamo por $5 millarditos terminando así con el secretismo que ha rodeado el convenio del Fondo chino-venezolano?
Lamentablemente, los venezolanos ya saben cual es la respuesta a estas preguntas.
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