DANIEL GONZÁLEZ CAPPA | EL UNIVERSAL
Si el alzhéimer empieza a mostrar sus síntomas alrededor de los 60 años, el reto es prevenir el avance de la enfermedad al menos 10 años antes.
"Si la gente empieza a cuidar su estilo de vida y hacerse exámenes neuropsicológicos 10 años antes, estaremos hablando de que la enfermedad tardará mucho más en mostrar sus síntomas", explica Ciro Gaona, médico neurólogo y especialista en el tema.
Decir que el alzhéimer es un problema de pérdida de memoria es quedarse corto. La enfermedad se ubica dentro del grupo de los trastornos cognitivos, un conjunto de males cerebrales que afectan, además de la memoria, el aprendizaje, el habla, la percepción, el juicio y la resolución de problemas cotidianos.
Aunque se desconoce exactamente qué origina el alzhéimer, se sabe que es una combinación entre la carga genética y los hábitos de vida de cada persona en conjunto con una relación que posee el cerebro con el resto del cuerpo.
Gaona explica que si el corazón tiene una arritmia, por ejemplo, ésta puede crear un déficit en el flujo sanguíneo de los vasos que corren por el cerebro, lo que puede desencadenar un trastorno. De allí que los especialistas hablan de un tratamiento integral como el foco para conseguir una cura definitiva, un reto que todavía no se ha logrado.
Científicos del Instituto Sanford-Burnham de Investigaciones Médicas de San Diego (Estados Unidos) están trabajando en un medicamento -todavía en fase experimental, según la Federación de Alimentos y Medicamentos estadounidense- que combina un fármaco recetado para tratar el alzhéimer, la memantina, con la nitroglicerina, utilizada para tratar patologías cardíacas.
La memantina es uno de los pocos fármacos ya aprobados, junto con los inhibidores de colinesterasa, para tratar a los más de 120.000 pacientes venezolanos que poseen el trastorno. Ambos actúan sobre los bajos niveles y el descontrol de la acetilcolina y el glutamato, deteniendo el avance de la enfermedad.
Se estima que al menos 300.000 venezolanos padecerán alzhéimer para el año 2030.
Más que pérdida de memoria
Olvidarse de un número telefónico o confundir un día de la semana no necesariamente es una señal de alzhéimer, sobre todo si son datos que se recuerdan pocos minutos después, aclara la psicóloga Victoria Tirro, de la Fundación Alzhéimer de Venezuela.
Pero si la persona llega a un lugar sin saber cómo se trasladó hasta allí, si limita el número de palabras por minuto en una conversación, si llena "vacíos de información" con datos falsos o que nunca ocurrieron, o si coloca objetos en lugares inusuales (como la cartera en la nevera), ya son señales de alarma.
El alzhéimer empieza de manera microscópica. Desde que nacemos, el cerebro posee 100 billones de neuronas. Y otras miles de millones se van a desarrollar a lo largo del tiempo. El trastorno se involucra con la aparición de una placa cerebral llamada beta-amiloide, que interrumpe la comunicación entre las neuronas (un proceso llamado sinapsis).
A medida que se va acumulando el beta-amiloide, el paciente va perdiendo sus facultades físicas y mentales. Primero se ve afectada la memoria de corto plazo, aquella que se relaciona con lo acontecido en los últimos tres días. Las memorias de rutina y de largo plazo, las que se involucran con nuestros recuerdos, son las últimas en verse perjudicadas. Poco a poco, los afectados se vuelven dependientes de otras personas.
"Es importante un proceso psicoeducativo en la sociedad venezolana, porque los familiares creen que el abuelo se extravía o se accidenta por problemas de la vejez, cuando puede estar desarrollando un trastorno", aclara Tirro.
"La mejor vacuna para tratar el alzhéimer que tenemos actualmente es el amor. Los familiares tienen que apoyar al paciente, no dejarlo solo", concluye Gaona.
Parte de la inmensa lucha contra esta patología cobrará mayor importancia mañana 21 de septiembre, cuando se conmemore el Día Mundial del Alzhéimer.
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