POMPEYO MÁRQUEZ/TalCualDigital
Hay quienes sostienen existen contradicciones cuando se impugnan los resultados electorales del 14 de abril y se llama a votar en las municipales del 8 de diciembre, e igualmente que existen contradicciones cuando se es de oposición a este régimen y al gobierno que encabeza Maduro y al mismo tiempo se llama a la reconciliación.
En nuestra opinión, no existen tales contradicciones, todo forma parte de una coherente política que tiene como centro conquistar la democracia, la libertad, la justicia social, la soberanía nacional.
IMPUGNACIÓN:
Fue correcta la posición de Capriles y de la MUD al no reconocer los fraudulentos resultados del 14 e impugnar sus resultados, acudir a los órganos jurisdiccionales venezolanos y al no encontrar impartición de justicia en ellos acudir a instancias internacionales como lo ha hecho con la solidaridad de una parte de la opinión pública internacional.
Esta actitud desnudó al régimen nacional e internacionalmente y puso al descubierto lo fraudulento del Poder Electoral, totalmente parcializado a favor de las candidaturas del gobierno.
Unas elecciones donde no hubo igualdad. Y un sistema de justicia totalmente corrompido.
Todos los recursos del Estado a favor de la candidatura oficial, como lo han demostrado también organismos internacionales de reconocida solvencia.
VOTAR 8D:
Es un problema de sentido común. La abstención es suicida, es entregar al oficialismo alcaldías y concejos municipales sin pelear.
Es abandonar el campo de batalla. Eso lo hicimos una vez y no debemos repetirlo.
VENEZUELA SOMOS TODOS:
Esta consigna de la MUD y de Capriles implica que pensamos en construir un país, que Venezuela no debe seguir dividida en dos pedazos, uno mayoritario, el nuestro, otro minoritario, el oficialismo.
Esta división conduce al país al desastre, al atraso.
La idea es poner fin a las políticas de odio, armonizar a todos los venezolanos que debemos convivir en un mismo territorio y para lo cual necesitamos reglas claras: la Constitución, la democracia, el pluralismo.
El desarrollo con equidad, justicia, elecciones libres, entre otras.
Ya para terminar vienen a mi memoria unas hermosas palabras de Don Mario Briceño Irragory en carta dirigida a su amigo Numa Quevedo desde Panamá en 1938: "Los grupos y las personas, manteniendo la integridad de su posición peculiar, pueden y deben esforzarse por el logro de una actitud colectiva que permita a los otros el justo desarrollo de su personalidad entitiva.
Así entiendo la tolerancia.
Respeto a la libertad ajena, respeto al rayo de sol con que vuestros vecinos quieren iluminar sus viviendas.
Respeto que reclama respeto a la vez para nuestra propia posición personal.
Sin que se entienda que este tolerar y este conllevar de responsabilidades signifique entrega de nuestras propias armas de combate.
Aún podrían velarse las unas y las otras en el mismo recinto, para el torneo de la siguiente mañana".
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