La mayoría de los economistas se han enfocado en el bienestar del productor: el gobierno
JOSÉ LUIS CORDEIRO | EL UNIVERSAL
La verdadera soberanía debe residir en los ciudadanos y no en los políticos. El caso de la política monetaria es uno de los más importantes ya que los políticos continuamente hablan de la importancia de la soberanía monetaria para controlar la moneda y manejar la economía.
De hecho, los políticos son los primeros beneficiados como productores de dinero, además que determinan su salario y luego producen el dinero para cubrir sus gastos a expensas de los demás. Aquí habría que preguntar a los políticos: ¿cuidar qué moneda y qué economía? La respuesta es clara: la moneda y la economía de los propios políticos, quienes viven de imprimir dinero y utilizarlo para sus propios fines. Por eso es que los políticos prefieren tener monedas con nombres y símbolos patrióticos para poder engañar demagógicamente al pueblo. Sin embargo, si se le pregunta directamente a los ciudadanos, la gente prefiere una moneda fuerte como el dólar y no una débil como el bolívar u otras monedas locales.
Muchos economistas también tienen gran parte de la culpa por la deterioración de la política monetaria, pues ellos han creado los términos del debate que utiliza el público en general. Para el azúcar, el hierro o los zapatos, los economistas se han enfocado principalmente en el beneficio de los consumidores. Los economistas han estudiado lo que los consumidores desean y cómo el sistema de mercado puede lograr la mejor y la mayor oferta. La preferencia de los economistas por el libre comercio y la competencia se debe al énfasis en el bienestar del consumidor. El libre comercio y la competencia permiten que los consumidores encuentren los mejores productos disponibles; así se liberan los consumidores de los productores de bienes y servicios inferiores.
En la política monetaria, sin embargo, la mayoría de los economistas se han enfocado en el bienestar del productor: el gobierno. En lugar de preguntar qué quieren los consumidores, los economistas se han enfocado en ver qué desea el gobierno. Han tratado la economía, a través de la política monetaria, como algo para ser manejado en beneficio del gobierno (el productor de dinero) y no en beneficio de los ciudadanos (los consumidores de dinero). Por eso muchos economistas han promovido (o por lo menos han aceptado como legítimos) el monopolio y las restricciones monetarias, los controles cambiarios, los privilegios legales exclusivos para la moneda local y los sistemas de bancos centrales estatales. Los trágicos resultados de estas políticas monetarias equivocadas han creado hasta hiperinflaciones, y Venezuela está cerca de una.
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