SEBASTIÁN BOCCANEGRA/TALCUALDIGITAL
Las aguas dentro del PSUV están revueltas. Aunque no haya trascendido mucho a los medios los preparativos para su próximo congreso están generando malestar en una parte de sus bases.
Una de las ofertas más publicitadas del chavismo fue lo de la democracia participativa, apellido que también incluyeron en la Constitución vigente pero que poco les gusta aplicar. Dentro del chavismo su sector más a la izquierda viene cuestionando la política económica de Maduro, ellos creen que existe, y la consideran de derecha. Al punto que ese es uno de los temas que quieren debatir en su venidero congreso.
Otro punto es el papel del partido, al que caracterizan como bueno como maquinaria electoral, pero sin capacidad para influir en las decisiones del gobierno. Ven con preocupación que se quiere aplicar la cooptación para determinar quiénes asistirán a ese congreso y ese método asegura unos delegados dóciles a quienes controlan el poder interno.
Estos críticos eran mucho más prudentes a la hora de cuestionar decisiones similares tomadas por Chávez, a quien no cuestionaban por lo fuerte de su liderazgo, pero ya vemos que a Maduro no le paran como a su "padre". Ni dentro de su movimiento, ni mucho menos fuera de él, Maduro impone respeto, mala señal.
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