Usan gobierno de Maduro como ejemplo a ser evitado. En Brasilia evaden las comparaciones con Caracas, por lo que publicitan los altos niveles de crimen en el país para indicar que la cosa no es tan mala. Cubanos desprecian a los venezolanos por ser "ineficaces, incompetentes, o simplemente gordos"
MARIO SZICHMAN/TALCUALDIGITAL
Gracias al gobierno chavista, Venezuela ha dejado de ser un país, y se ha convertido en un sanbenito. Cuando un mandatario latinoamericano intenta frenar las críticas sobre su caótica gestión le basta decir: "Pero esto, gracias a Dios, no es Venezuela", para que suba en las encuestas. Ahora son los brasileños quienes intentan hacer creer que la situación social no es tan mala en vísperas del Mundial de Fútbol. Para eso, les basta emplear el mal ejemplo de Venezuela, aunque el de Honduras es todavía peor.
Cuando faltan pocos días para el inicio del evento internacional, se registra una ola de crímenes en Rio de Janeiro, ciudad que espera unos 900.000 visitantes.
The New York Times dijo que pese a las medidas de seguridad, los atracos han aumentado, los homicidios suben de manera vertiginosa, y los policías tiene problemas para proteger a los ciudadanos, pues los malandros los usan en prácticas de tiro al blanco.
Por lo menos 110 agentes policiales han sido baleados en Rio en lo que va del año, un incremento de casi un 40 por ciento en relación a igual plazo del año anterior.
En la mayoría de los casos, los policías baleados estaban fuera de servicio, aunque varios de ellos fueron tiroteados una vez se identificaron como guardianes de la ley.
La intención de las fuerzas de seguridad es arrebatar el control de zonas marginales a bandas de narcotraficantes pertrechados con armas pesadas. Inclusive se habló de éxitos por parte de equipos especiales bautizados "Unidades de Pacificación Policial" que fueron emplazados en favelas. El diario dijo que en esas favelas se acabó la paz, y los avances alcanzados se convirtieron en retrocesos.
La situación ha llegado a tal extremo que funcionarios de Río pidieron ayuda al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff para que envíe 5.300 soldados a patrullar las calles de la ciudad.
Ya eso se hizo previamente en el 2012, a fin de custodiar a los asistentes a la Conferencia de Desarrollo Sostenible patrocinada por las Naciones Unidas. Una vez concluyó la conferencia, los soldados volvieron a sus cuarteles, y los mafiosos a sus labores habituales.
Pero si la realidad es como el sol, y no se puede tapar con un dedo, es posible maquillarla, y para eso Venezuela, y en un grado menor Honduras, son citados como los malos ejemplos de América Latina.En comparación con esos países, Brasil es mejor que Suiza.
Funcionarios de Río dijeron al New York Times que la ciudad es más segura de lo que solía ser, pese a los contratiempos. Para eso mencionaron Caracas, en Venezuela, y Tegucigalpa, en Honduras, con sus horripilantes tasas de homicidios. Rio tenía 37,8 homicidios por cada 100.000 habitantes en el 2007, y se enorgullece ahora de apenas 20,5 homicidios por cada 100.000 habitantes.
En cambio, según un reciente informe de las Naciones Unidas, la tasa de homicidios en Honduras fue de 90,4 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2012 (último año en que se poseen datos), y en Venezuela, algo más de la mitad, apenas 53,7 homicidios por cada 100.00 personas. En realidad, el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro debería citar el ejemplo de Honduras para demostrar que Venezuela es como Corea del Norte, un país donde no existe la criminalidad y el presidente recibe más del 100 por ciento de los votos.
Otra cosa que opera en favor del optimismo brasileño es la palabra "anomalía". El gobierno venezolano nunca ha considerado la matazón cotidiana una anomalía. Considera que forma parte de la naturaleza, como el salto Ángel. En cambio, las autoridades de Río consideran la persistente ola de homicidiounarareza. Roberto Sá, funcionario de seguridad en la gobernación del estado, dijo que la anómala situación está cambiando.
En el pasado, "había zonas donde debía librarse una guerra simplemente para que la policía pudiese ingresar". Ahora la policía ingresa pues "los narcotraficantes están perdiendo sus bases territoriales". Esto es, hasta que vuelven a recuperarlas. El otro recurso de las autoridades es apelar a la realidad y a la cultura. "Sé que esto es desagradable", dijo Sá, "pero en América Latina vivimos en este tipo de cultura, caracterizada por la violencia y la criminalidad. Debemos entender que es la realidad".
MORDIENDO LA MANO DEL QUE NOS DA DE COMER
Excepto por Telesur, son escasos los medios de opinión que se desviven por elogiar al gobierno de Maduro. Ni siquiera el periódico Granma, el órgano oficial del partido Comunista de Cuba, cuyos lectores aumentan cuando sufren de insomnio, ha sido muy generoso con Venezuela.
En realidad, los cubanos tienen una curiosa opinión de un gobierno y de un pueblo que lesha brindado gran ayuda. John Paul Rathbone, columnista de The Financial Times, dijo que "Asombra verificar en La Habana el desprecio de muchos cubanos por sus homólogos venezolanos, por su incompetencia, su ineficacia, o por ser simplemente gordos". En realidad, eso es comprensible. El benefactor suele recibir las bofetadas.
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