viernes, 15 de agosto de 2014

SIDOR al rojo vivo/VenEconomía viernes 15ago14

Por: VenEconomía
Desde hace casi un mes, al gobierno nacional se le prendió una “candelita” en Ciudad Guayana, cuando los trabajadores de la hoy estatal Siderúrgica del Orinoco (SIDOR) intensificaron las protestas en busca de reivindicaciones laborales, siendo el eje central la renovación del contrato colectivo vencido desde 2008.


En un país, donde el derecho a la legítima protesta ha sido cercenado, donde las fuerzas del Estado usan las armas a discreción contra cualquier manifestante, y donde los dirigentes y trabajadores que no se pliegan al oficialismo son tildados por conspicuos personeros de “mafias sindicales”, incluso los que militan en sus propias filas, la situación en la región se tornó rojo vivo durante semanas, con su respectivo saldo de heridos y detenidos.

Pero, cabe recordar que el problema de SIDOR y del resto de las industrias básicas no es sólo de carácter laboral, sino de una sistemática marcha hacia la destrucción debido a la mala gerencia, peor administración, falta de visión de desarrollo y progreso y generalizada corrupción.

También es oportuno recordar que muchos de estos trabajadores que hoy alzan su voz de protesta, fueron los mismos que hace pocos años le sirvieron en bandeja de plata a Hugo Chávez a SIDOR, entonces en manos de un consorcio privado argentino y de miles de trabajadores que eran accionistas minoritarios, para que este procediera a la desprivatización. Trabajadores a los que se les llenó la cabeza de pajaritos preñados con las falsas promesas del difunto mandatario. La realidad es que SIDOR, hoy es la sombra de aquella pujante empresa privada que venía produciendo 4,3 millones de toneladas de acero líquido al año que generaba ganancias por más de $700 millones al año; producía unas 370 mil toneladas de cabilla al año; repartía a sus trabajadores accionistas el 20% de esas utilidades y respetaba las equitativas garantías contractuales preestablecidas con los representantes sindicales.

Hoy SIDOR, al igual que el resto de las empresas básicas de Guayana, es un cascarón en ruinas, que para 2013 apenas logró producir 1,5 millones de toneladas de acero y unas 200 mil cabillas; que para 2012 arrojó pérdidas por $961 millones; que ha echado a un saco roto a sus accionistas minoritarios, que no concreta ni respeta legajo contractual alguno, donde no se respeta el fuero sindical y ser trabajador o representante sindical significa estar a la mira de cualquier sicario o violento espontáneo.

Ahora, desde hace unos dos días el conflicto dio un nuevo giro con el anuncio de la supuesta firma del contrato colectivo por un grupo de trabajadores, a espaldas de los dirigentes y la masa laboral, lo cual ha puesto en evidencia nuevamente el manejo totalmente opaco que el gobierno da a las relaciones obrero patronales, donde la traición y el madrugonazo son los métodos más recurridos.

La situación está en pleno desarrollo y es impredecible cuál será su curso. Los trabajadores de lasempresas básicas tienen un amplio historial en la lucha sindical, y aunque existe todavía un sector de trabajadores cegados por la revolución castrocomunista, es posible que el gobierno no logre torcerle el brazo de lucha a una masa obrera que subsiste con las mismas condiciones salariales durante un lustro donde la espiral inflacionaria ha hecho de las suyas con su capacidad de compra.

No obstante, aún cuando el gobierno gane esta batalla, la guerra de la productividad, del rescate de la eficiencia y la transparencia sigue su curso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario