El alter ego de Antonio Tabucchi ha resucitado expresamente para contar esta historia playera. A ver si las cosas alrededor de El Universal se aquietan y las cosas se ven en su justa medida
SEBASTIÁN DE LA NUEZ/TalCualDigital
Sostiene Cheverito que le conoció, al ministro Izarra, un día de verano: una magnífica jornada veraniega, soleada y aireada. Boca de Uchire despedía rayos plateados debido a la gran cantidad de latas esparcidas sobre la vastedad de sus orillas.
Parece que Cheverito, joven vernáculo un tanto amanerado, se encontraba tirado cuan largo era bajo una sombrilla, despachándose unas birras. Cada vez que terminaba una, la lata volaba lejos, formando montañitas junto a sus compañeras herrumbrosas en la espumosa arena.
A lo lejos solo se veía, asomando al sol, un pie de Cheverito fuera del círculo de sombra. El pie seguía el ritmo de la Changa Style Valency que los parlantes Peavey adosados a la parte trasera de su Ford Runner modelo 2014 esparcían por la playa, y un poco más allá también, hacia los confines del estado Anzoátegui. Los sonidos bajos los registraba el sismógrafo del observatorio de Upsala.
Sostiene Cheverito que esos altavoces coaxiales (se escribe PEAVEY pero se pronuncia Pivéis) constituyen su principal herramienta itinerante. En tanto entidad viajera criolla, Cheverito sin Pivéis no es Cheverito.
Podrá ser patriota, chavista, bolivariano, fan de Zurda Konducta y todo lo demás; pero turista, lo que se dice turista, nanay. Sostiene que las bellezas naturales del país están muy bien y que está dispuesto a decir todo lo que el ministro le ponga en el teleprompter, mientras le pague, pero que se deje de bolserías: sin esas cornetas él no se acerca ni a la piscina del Hotel Alba.
Cada 15 segundos la changa es interrumpida por la voz del propio Cheverito: "¡Hola, soy Cheverito! Un venezolano chévere que va por el país disfrutando sus bellezas y protegiendo nuestros tesoros nacionales". Por efecto de eco, la parte final de la frase se va disolviendo en el aire: "nales, nales, nales...".
RÁPIDO Y FURIOSO
Cheverito sostiene que aquella tarde el tiempo cambió: fue justo cuando el joven ministro se le acercó para proponerle el negocio que le permitiría comprarse un nuevo sistema Pivéis para adosárselo al capó delantero de la Ford Runner.
El ministro le comentó aquella tarde, entre risa y risa, que lo había estado observando un buen rato desde lejos, y que le gustaba la forma en que lanzaba las laticas vacías, como si fueran jabalinas. "Positivo, ministro: practico mucho y de vez en cuando hago tiro al blanco lanzando una y apuntándole a continuación para orinarla en pleno vuelo". "¿Y lo has logrado, muchacho?", sostiene Cheverito que le preguntó el ministro, vivamente interesado. "No. Pero le estoy dando duro".
Sostiene Cheverito que ayer pasó por Mintur para cobrar su primer cheque. Que el ministro despachaba en lo alto del edificio y aprovechó para preguntarle qué significa "chévere cambur". Fue informado de que todavía no han llegado los materiales P.O.P. con su imagen pero ya se está preparando el próximo video.
Sostiene Cheverito que salió de Mintur muy contento, que se montó en su Ford Runner y escupió por la ventanilla el chicle que venía mascando. En la esquina, mientras esperaba el semáforo, le prendió la sirena al carro de adelante, para que estuviera mosca con la luz.
HISTERISMO UNIVERSAL
No ha habido censura alguna sobre ningún periodista en El Universal en esta etapa. La gente, sobre todo la gente ociosa, habla demasiadas pistoladas por las redes. Otra cosa es que los trabajadores del diario sientan una espada de Damocles sobre sus cabezas. Es comprensible.
Hay demasiada crispación alrededor, no solo dentro sino fuera del periódico, y sale perdiendo el periodismo, lo poco que queda en el país. Algunos articulistas, por coincidencia muy próximos a "La Salida", insistieron en hurgar desde las propias páginas en la delicada coyuntura de la compraventa.
Bueno, ahí tienen las consecuencias. Otros se fueron por "solidaridad", no porque los botaran. Y por cierto: los articulistas no son personal contratado.
Por otra parte, la caricaturista Rayma no ha sido transparente con respecto a su impasse con Elides Rojas. Antes había tenido quejas parecidas desde la dirección y las había aceptado. Ah, pero ahora no. Prometió reunirse con Rojas, lo embarcó y se quejó en Twitter por censura. El próximo jueves hay una convocatoria pública para hablar sobre censura. A hablar las cosas claras.
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