miércoles, 9 de junio de 2010

Res, non verba//VenEconomía 09jun10

Por: VenEconomía 09jun10
¡Qué cosa tan seria es la desfachatez! Y más seria se torna cuando esa desvergüenza toma cuerpo en los gobernantes de un pueblo, como es el caso de Venezuela.
El Gobierno de Hugo Chávez es tan descarado que este jueves asumió como un "logro" revolucionario el que la inflación de mayo fue de 2,6%, al celebrar que ésta haya sido exactamente la mitad de la registrada en abril.
Pero como son los hechos, y no las palabras, los que muestran la realidad, resulta que el Gobierno no tiene nada qué celebrar.
Que la inflación llegara hasta 2,6% en mayo con respecto al 5,2% de abril, no es representativo si se toman en cuenta varias realidades tanto de Venezuela como del Continente.
Una de ellas es que la inflación de mayo (2,6%) es la tasa de crecimiento de los precios más alta en los últimos 12 meses, con excepción de abril, cuando la inflación fue la más alta desde febrero de 2003 (5,2%).
Otra realidad es que la inflación anualizada sigue en aumento, al pasar de 30,4% en abril a 31,2% en mayo, según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).
Más desfachatado resulta el festejo del Gobierno si se compara la inflación de Venezuela con la de los países vecinos.
Colombia, por ejemplo, tiene una inflación acumulada en lo que va de 2010 de 2,35%, vs el 14,2% de Venezuela. Y en mayo, la inflación de Colombia apenas llegó a 0,1%, vs 2,6% de Venezuela. Pero, si se compara con la inflación de países amigos del régimen, Venezuela sale peor parada. En Ecuador, por ejemplo, la inflación acumulada de 2010 es de 1,88%, y la de mayo 0,02%. Y la inflación acumulada de 2010 en Bolivia apenas es de 0,29%, mientras que la de mayo fue negativa en 0,02%, es decir que bajaron los precios.
Frente a estos hechos, lo que debería mostrar el Gobierno chavista es una firme determinación de rectificar en sus erradas políticas anti empresa y contra inversión privada. Han sido éstas, y no otra cosa, las que han llevado a que el incremento de precios se coma los sueldos y salarios de los venezolanos.
En vez de pregonar logros que no lo son, el Gobierno debería planificar cómo va a sortear la crisis económica del país cuando se comiencen a sentir los efectos de la parálisis de casi un mes del mercado permuta, hecho éste que ha frenado las necesarias importaciones para satisfacer el mercado interno. O cuando las más de 18 distribuidoras, que les está arrebatando a empresarios privados, exhiban el mismo fracaso que muestran PDVAL, Cealco y Mercal, con la pérdida de más de 83.000 toneladas de alimentos básicos debido a la incompetencia gerencial, la indolencia y corrupción.
Luego de once años de estar en el poder, Hugo Chávez no podrá echarle la culpa de sus fracasos a nadie más que a su mal Gobierno.

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