(EFE)- La ceremonia de inauguración del Mundial, en la que participan más de 1.500 artistas, comenzó en el estadio Soccer City de Johannesburgo, cuyas gradas se van llenando lentamente a la espera del inicio del primer partido del campeonato entre Sudáfrica y México.
Aunque nadie diría que toda gran historia requiere de un buen prólogo, no hay duda de que ayuda, y eso fue lo que trató de ofrecer hoy la organización al borde mismo del pitido inicial del Mundial, con un espectáculo colorista y multitudinario en el Soccer City.
Sobrevolaron el estadio tres cazas del Ejército y cinco aviones de hélice en acrobáticos tirabuzones, pasando tan cerca del estadio que a su estela flamearon las banderas de los hinchas, a la espera de contemplar algo más de media hora de agradable espectáculo envuelto en incontables decibelios.
A una lona gigante que cubría todo el rectángulo de juego accedieron entonces docenas de figurantes vestidos con trajes tradicionales, un escarabajo pelotero gigante y el mapa del continente negro, elaborado con telas típicas y sobre el que fueron apareciendo huellas humanas que se encaminaron hacia el norte, como así hizo el ser humano al inicio de los tiempos.
Cientos de personas tomaron parte en una ceremonia recibida con agrado por parte del público, que fue afluyendo lentamente al estadio hasta casi abarrotar las gradas.
Justo en el círculo central del que echará a rodar el balón del Mundial apareció de repente una réplica de un bol típicamente sudafricano o de una calabaza, o lo que es lo mismo, un réplica del estadio Soccer City, con sus mismos colores terrosos e idénticos agujeros en su estructura exterior.
Dicho quedaba que el Mundial se disputa en África y, más concretamente, en Sudáfrica y en el Soccer City, así que llegó el momento de los protagonistas: las 32 selecciones que jugarán por alzar la Copa del Mundo.
Apareció en el centro del estadio un nutrido grupo de figurantes vestidos de blanco, que alineados al modo de las tropas del ejército romano, fueron mostrando y ocultando unas pelotas naranjas y componiendo así los nombres en inglés de los 32 países participantes.
El último, Sudáfrica, sirvió para que la grada estallase de júbilo, ese mismo que mostró cuando un mosaico humano, para cerrar la ceremonia, compuso el logotipo oficial dwe la FIFA para el Mundial 2010.
De nuevo sobrevolaron los aviones el Soccer City, se fueron los figurantes, entraron los operarios, desapareció la lona, relució el verde del césped y se encendieron los aspersores: a partir de ahora, el protagonismo todo es para el fútbol
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