Había una vez, en unas épocas oscuras de la humanidad, que los niños no eran tomados en cuenta. Esta época se llama hoy la Edad Media, y la vivieron muchas personas de Europa. Cuentan que en esos días, la gente vivía en condiciones muy precarias y eran muy pocos los niños que lograban sobrevivir y llegar a la edad adulta. A nadie les importaba los niños y en vez de ir a una escuela, debían ocuparse de las más difíciles tareas, como cortar leña, picar piedra, trabajar en minas.
Los papás solían tener muchos hijos, pero trataban de no apegarse demasiado a ellos y era corriente, como en el cuento de Hansel y Gretel, que los vendieran, cambiaran por comida o simplemente los dejaran en la calle donde crecían a su libre albedrío. Durante muchos siglos a los niños de tres o cuatro años, apenas se los consideraba seres humanos. Afortunadamente los tiempos cambiaron y hoy los niños son considerados el futuro de la humanidad.
En la actualidad, para borrar ese horrible pasado, importantes líderes del mundo se dieron a la tarea de honrar el papel de los niños de la sociedad y desde hace 86 años se creó la figura del Día del Niño.
CONMEMORACIÓN DE LA ALEGRÍA Y LA INOCENCIA
El Día del Niño o Día Universal del Niño es un día consagrado a la comprensión y el respeto entre los niños del mundo, es destinado a actividades para la promoción del bienestar y de los derechos de los niños del mundo.
En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos estatales que celebraran dicho Día en la fecha que cada uno de ellos estimara conveniente. La ONU celebra dicho día el 20 de noviembre, en conmemoración a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989.
El 20 de noviembre de 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas se reunió con la intención de reafirmar los derechos universales de la niñez y para que se celebrara en cada país del mundo un día que se consagraría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero y se destinara a actividades que desarrollaran el bienestar de todos los niños del mundo.
La idea de esta reunión se debió a una institución llamada Unión Internacional de Protección a la Infancia, que en 1952 planteó que debía haber un día especial para festejar a los niños. Un año después, en 1953, cuarenta países decidieron unirse a la fiesta y celebrarlo también.
Pronto, las Naciones Unidas se sumaron a la idea y se decretó por unanimidad que debía establecerse una fecha para honrar y poner énfasis en las necesidades de los niños de todo el mundo.
La Unicef fue el organismo encargado para desarrollar ese
proyecto y en Venezuela se decidió que se celebraría el tercer domingo de julio, lo cual coincide con el comienzo del período vacacional.
Es importante recordar que los niños son el futuro de la Patria y tanto la Declaración de los Derechos del Niño establecida por la Unicef como las leyes venezolanas establecen una serie de principios para los niños nacidos en territorio nacional.
1. Todo niño tiene derecho a nacer de padres sanos.
2. Todo niño tiene derecho a conocer a sus padres, a ser
alimentado, vestido y cuidado por estos.
3. Todo niño tiene derecho a ser atendido por el Estado en caso de orfandad, miseria y abandono.
4. Todo niño tiene derecho a vivir su vida completa de niño.
5. Todo niño tiene derecho a ser educado por maestros capacitados, de sólida preparación general y profesional, de espíritu recto y bondadoso, que tomen el ejercicio de su profesión como la más alta de sus funciones sociales y no como un simple medio para ganarse la vida.
6. Todo niño tiene derecho a edificios escolares cómodos e higiénicos; a parques de recreos, a campos de juego y deportes y espectáculos educativos gratuitos.
7. Todo niño tiene derecho a ser protegido contra cualquier clase de explotación. Ningún niño en Venezuela puede ni debe trabajar antes de los 14 años.
8. Todo niño tiene derecho a continuar sus estudios hasta donde se lo permitan sus aptitudes, debiendo en consecuencia, ser ayudado por el Estado cuando carezca de los medios económicos para ello.
9. Todo niño tiene derecho a no ser juzgado por los tribunales ordinarios, sino por Jueces Especiales de Menores. Ningún niño delincuente deberá ser perseguido ni encarcelado, sino recluido en establecimientos de reeducación que deben tener en lo posible una organización hogareña.
10. Todo niño tiene derecho a ser respetado en su personalidad espiritual, física y moral.
Los niños y las niñas son muy importantes, porque son el presente y el futuro del país. Por eso los adultos debemos dedicarles más atención, jugar con ellos y aprender lo que pueden enseñarnos cada día. Es importante entender que los niños también construyen el país y merecen que se les abran espacios de participación.
La unión de esfuerzos entre todos aquellos que hacen parte del Estado y quieren ayudar a los niños y las niñas, hará que este tema sea tenido en cuenta por vecinos, papás, mamás, profesores, gobernantes, medios de comunicación y todos los adultos que como ciudadanos cumplen la Constitución.
Cort. Diario 2001
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