Por BETH FOUHY/The Associated Press
NUEVA YORK -- Anteriormente, la conmemoración estadounidense de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 se caracterizaba por introspecciones sombrías y un llamamiento a la unidad despojado de toda política, pero esta vez es diferente.
El sabado se cumple el noveno aniversario de los ataques que mataron a casi 3.000 personas en Nueva York, Washington y Shanksville, Pensilvania.
Los actos prometen ser más politizados y conflictivos que nunca debido a un propuesto centro islámico y mezquita cerca del lugar donde se erigían las derribadas Torres Gemelas y al plan de un pastor evangélico de la Florida de quemar ejemplares del Corán. Ambas cuestiones han suscitado un debate encendido sobre libertad religiosa.
Como en todos los demás años, se planean ceremonias oficiales en los tres lugares donde atacaron los terroristas.
El presidente Barack Obama asistirá a una conmemoración en el Pentágono y el vicepresidente Joe Biden hará otro tanto en Nueva York. La primera dama Michelle Obama y la ex primera dama Laura Bush viajarán a Shanksville para asistir allí a una ceremonia.
Obama dijo en conferencia de prensa que sería un día no sólo de tristeza sino también para exaltar los "valores perdurables y el espíritu flexible" del país.
Sostuvo que el plan de Terry Jones, pastor de una pequeña iglesia independiente de Gainesville, Florida, de celebrar el aniversario con la quema de ejemplares del Corán debe tomarse en serio porque podría causar "profundos daños" a las fuerzas militares e intereses estadounidenses en todo el mundo.
"Con eso no se juega", dijo Obama, y añadió que como comandante en jefe tenía la obligación de responder.
Biden estará presente en el acto más numeroso, en un parque cerca del sitio del ataque en el sur de Nueva York donde 2.752 personas murieron cuando extremistas musulmanes embistieron con aviones de pasajeros las torres del Centro de Comercio Mundial.
La ceremonia allí hará cuatro pausas: dos para conmemorar la hora exacta en que cada avión hizo impacto en las torres y otras dos cuando las torres se desplomaron. A los templos de la ciudad se les pidió que tañeran las campanas a las 8:46 a.m., cuando el primer avión chocó contra la torre norte.
Esta vez, sin embargo, además de las ceremonias formales, activistas a favor y en contra del propuesto centro islámico planean sus propios actos para aprovechar la carga emocional de la conmemoración con propósitos políticos.
Las dos manifestaciones comenzarán después de la ceremonia oficial en un parque al sudeste del sitio de la matanza. La manifestación contra la mezquita ha creado amargas divisiones entre los familiares de los muertos en el ataque. Algunos dijeron que asistirán y participarán, mientras que otros se oponen.
Jones cobró notoriedad internacional cuando amenazó conmemorar el 11 de septiembre quemando ejemplares del Corán, un plan que canceló bajo presión de la Casa Blanca pero que ahora dice estar reconsiderando.
En Afganistán, por lo menos 11 personas resultaron heridas el viernes en protestas por el plan de Jones. Sólo unos pocos miles de personas asistieron a esas protestas y no se reportaron manifestaciones en gran escala en otros sitios.
En Indonesia, el país musulmán de mayor población, el clérigo Rusli Hasbi dijo a mil feligreses durante las plegarias matutinas que Jones, queme o no los libros, ya ha "agraviado el corazón del mundo musulmán".
Asimismo, la ex candidata vicepresidencial republicana Sarah Palin se aprestaba a conmemorar el sábado el aniversario en Alaska, junto con el comentarista conservador Glenn Beck, de Fox News.
Cort. El Nuevo Herald
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