Los sueños de las revoluciones toman a veces caminos torcidos. Blindado desde hace once años por un discurso justiciero e igualitario, el gobierno bolivariano pretende ahora copiar el modelo cubano, de tal forma que hasta un derecho sagrado del trabajador venezolano como es el contrato colectivo está por ser borrado del mapa de las reivindicaciones laborales.
Para Chávez, los funcionarios de ministerios y demás institutos adscritos al Palacio de Miraflores, deben ganar lo que él establezca y punto. Pero los sindicatos no se están quietos y advierten que, pase lo que pase el 26 de septiembre, la pelea será peleando.Foto: Renier Otto
Cort. TalCualDigital
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