MÉXICO (AFP) - La comparación que hizo la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, de la situación de México con la violencia asociada al narcotráfico que vivió Colombia hace 20 años fue rechazada por el gobierno, la oposición y por algunas ONG, que la consideraron exagerada.
También el presidente Barack Obama rechazó este jueves que se puedan equiparar ambas situaciones.
Aún así, en México la reacción contra lo dicho por Clinton se vio matizada por diferencias en torno a la aceptación de la estrategia planteada por el presidente Felipe Calderón, durante cuyos primeros tres años y medio de gobierno la cifra de muertos por el combate al narcotráfico supera los 28.000.
"México es un país diferente a Colombia. Son condiciones muy distintas y los niveles de violencia no son similares, incluso si la situación acá tiende a ponerse peor", dijo Alejandro Martí, empresario y director de la organización independiente Sistema de la Observación de la Seguridad Ciudadana.
Martí, quien ha cuestionado parte de la estrategia del gobierno contra el narcotráfico, considera que la crítica de Clinton además "da mucho coraje" (rabia) por provenir de Estados Unidos, que trataría de minimizar así su responsabilidad en el fortalecimiento de los carteles.
Clinton aseguró el miércoles en un foro que los "carteles de la droga están mostrando cada vez más señales de insurgencia", y dijo que México "se está pareciendo cada vez más a Colombia hace 20 años, cuando los narcotraficantes controlaban ciertas partes del país".
Pero el presidente Obama se desmarcó de estas declaraciones en una entrevista publicada este jueves por el diario hispano La Opinión de Los Angeles.
"No puedes comparar lo que está pasando en México con lo que ocurrió en Colombia hace 20 años" ya que "México es democracia amplia y progresiva, con una economía creciente", señaló el mandatario.
El gobierno mexicano ya había expresado, a través de su vocero en asuntos de seguridad, Alejandro Poiré, que no compartía lo dicho por Clinton "ya que hay diferencias muy importantes entre lo que enfrentó Colombia y lo que enfrenta México".
El ex ministro de Gobernación (Interior) Santiago Creel, del gobernante Partido de Acción de Nacional (PAN), subrayó que la principal diferencia entre las situaciones de ambos países es el dominio territorial que ejercen en Colombia las guerrillas y los paramilitares.
"Allá parte del territorio lo controlan las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y no el Estado, aquí no se da esa situación", señaló Creel, quien advirtió que Washington busca presionar a México para que acepte, como lo hizo Bogotá, el establecimiento de bases estadounidenses.
"Desde ahorita tenemos que decir con toda claridad que eso no lo vamos a permitir en México", enfatizó Creel.
Desde el campo de la oposición, el portavoz en el Congreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Fernando Castro, señaló que Washington olvida mencionar su responsabilidad en la violencia del narcotráfico como principal consumidor de drogas y origen de la mayoría de las armas que utilizan los carteles.
"Habría que censurar la posición de Clinton porque ese país es responsable en buena parte de la situacion que vive México porque no tiene control de sus armas y explosivos", dijo.
Otro portavoz de la oposición, Ricardo Monreal, secretario del Partido del Trabajo (izquierda), señaló que la declaración de Clinton merecía una fuerte condena pues "esconde el afán de intervenir directamente en la lucha contra el narcotráfico" en México, ante la incapacidad del gobierno para controlarla.
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