LA HABANA (Reuters) - Cuba reveló el viernes sus planes para triplicar el tamaño de su diminuto sector privado, autorizando 178 áreas de negocios y sugiriendo que podría ofrecer créditos bancarios para ayudarlos a despegar.
La nueva clase empresarial cubana podrá montar pequeños restaurantes, alquilar casas, ofrecer servicios de transporte, trabajar como payasos, masajistas, jardineros y hasta cuidadores de baños públicos.
Pero el extenso artículo publicado por el diario oficial Granma (www.granma.co.cu) sigue sin despejar interrogantes como la carga fiscal, determinante para el éxito de los planes del presidente Raúl Castro de modernizar la economía socialista.
"La medida de flexibilizar el trabajo por cuenta propia es una de las decisiones que el país toma en el rediseño de su política económica, para incrementar niveles de productividad y eficiencia", dijo el periódico del gobernante Partido Comunista.
La ampliación del sector privado a partir de octubre busca absorber a los 500.000 trabajadores públicos -o un 5 por ciento de la fuerza laboral del Estado- que serán despedidos en los próximos seis meses como parte de un ajuste fiscal sin precedentes en Cuba.
Actualmente hay unos 143.000 pequeños empresarios privados en Cuba, la mayoría sobrevivientes de un experimento realizado en la década de 1990 en respuesta a la crisis posoviética y que las autoridades congelaron apenas se recuperó la economía.
Según fuentes del gobernante Partido Comunista, Raúl Castro pretende emitir 250.000 nuevas licencias para negocios privados y autorizar por primera vez a muchos de ellos a subcontratar mano de obra.
"Esto deberían haberlo hecho mucho tiempo atrás", dijo Luis Alberto Noa, empleado de un restaurante estatal en el paseo marítimo de La Habana.
"La búsqueda de nuevas fórmulas de trabajo es positiva, pues se ha comprobado que el Estado no lo puede hacer todo", añadió.
20 SILLAS
El Gobierno autorizará la apertura de nuevos "paladares", como son conocidos en Cuba los pequeños restaurantes familiares que se convirtieron en símbolo de la apertura de la década de 1990.
La novedad es que podrán duplicar su capacidad hasta 20 sillas.
Pero el Gobierno advirtió que no podrá ofrecerles insumos a precios mayoristas, un elemento clave en un país donde el Estado monopoliza las importaciones y los bienes de consumo son vendidos con un fuerte sobrecargo o desviados al mercado negro.
"Eso no lo vamos a poder hacer en los próximos años. Ahora tenemos que lograr un mercado donde ellos puedan comprar lo necesario aunque sin diferenciar los precios minoristas", dijo el diario citando al ministro de Economía, Marino Murillo.
Granma dijo que el Banco Central estudia ofrecer créditos para ayudar a poner en marcha los negocios, un recurso financiero hasta ahora desconocido en Cuba.
Muchos cubanos esperan contar también con apoyo financiero de sus familiares en el extranjero.
Analistas creen que la expansión del sector privado es un paso sin retorno en la transformación de la última economía socialista del hemisferio occidental, pero dicen que los detalles son todavía vagos.
"El crédito ayudará, pero ¿para comprar qué? Si no hay insumos la gente tendrá tarjetas de crédito, pero los estantes de las tiendas estarán vacíos", dijo Christopher Sabatini, del Council of the Americas en Washington.
IMPUESTOS
Granma no aclara cuál será la carga fiscal por concepto de impuestos sobre los ingresos, las ventas, la contratación de personal y a la seguridad social.
Los impuestos serán determinantes para la rentabilidad de los nuevos negocios. Según un documento del gobernante Partido Comunista filtrado a los medios, oscilará entre un 10 y un 40 por ciento de los ingresos brutos, según la actividad.
Los nuevos empresarios tendrán además que pagar un 25 por ciento de sus ingresos a la seguridad social.
Pero los detalles publicados el viernes ilustran cómo Raúl Castro busca apoyarse en el sector privado para resolver algunos problemas de Cuba.
Para aliviar el déficit habitacional, por ejemplo, los cubanos serán autorizados a alquilar por primera vez viviendas enteras y no sólo habitaciones como hasta ahora.
Medidas así buscan también legalizar una vasta economía sumergida producto de la falta de oportunidades.
"He estado esperando que abran nuevas licencias. Ahora voy a poder alquilar el apartamento de mi hermano que vive en Alemania con permiso del Gobierno", dijo René Pérez, un técnico químico de 32 años desempleado.
(Reporte de Esteban Israel y Nelson Acosta. Editado por Lucila Sigal)
La nueva clase empresarial cubana podrá montar pequeños restaurantes, alquilar casas, ofrecer servicios de transporte, trabajar como payasos, masajistas, jardineros y hasta cuidadores de baños públicos.
Pero el extenso artículo publicado por el diario oficial Granma (www.granma.co.cu) sigue sin despejar interrogantes como la carga fiscal, determinante para el éxito de los planes del presidente Raúl Castro de modernizar la economía socialista.
"La medida de flexibilizar el trabajo por cuenta propia es una de las decisiones que el país toma en el rediseño de su política económica, para incrementar niveles de productividad y eficiencia", dijo el periódico del gobernante Partido Comunista.
La ampliación del sector privado a partir de octubre busca absorber a los 500.000 trabajadores públicos -o un 5 por ciento de la fuerza laboral del Estado- que serán despedidos en los próximos seis meses como parte de un ajuste fiscal sin precedentes en Cuba.
Actualmente hay unos 143.000 pequeños empresarios privados en Cuba, la mayoría sobrevivientes de un experimento realizado en la década de 1990 en respuesta a la crisis posoviética y que las autoridades congelaron apenas se recuperó la economía.
Según fuentes del gobernante Partido Comunista, Raúl Castro pretende emitir 250.000 nuevas licencias para negocios privados y autorizar por primera vez a muchos de ellos a subcontratar mano de obra.
"Esto deberían haberlo hecho mucho tiempo atrás", dijo Luis Alberto Noa, empleado de un restaurante estatal en el paseo marítimo de La Habana.
"La búsqueda de nuevas fórmulas de trabajo es positiva, pues se ha comprobado que el Estado no lo puede hacer todo", añadió.
20 SILLAS
El Gobierno autorizará la apertura de nuevos "paladares", como son conocidos en Cuba los pequeños restaurantes familiares que se convirtieron en símbolo de la apertura de la década de 1990.
La novedad es que podrán duplicar su capacidad hasta 20 sillas.
Pero el Gobierno advirtió que no podrá ofrecerles insumos a precios mayoristas, un elemento clave en un país donde el Estado monopoliza las importaciones y los bienes de consumo son vendidos con un fuerte sobrecargo o desviados al mercado negro.
"Eso no lo vamos a poder hacer en los próximos años. Ahora tenemos que lograr un mercado donde ellos puedan comprar lo necesario aunque sin diferenciar los precios minoristas", dijo el diario citando al ministro de Economía, Marino Murillo.
Granma dijo que el Banco Central estudia ofrecer créditos para ayudar a poner en marcha los negocios, un recurso financiero hasta ahora desconocido en Cuba.
Muchos cubanos esperan contar también con apoyo financiero de sus familiares en el extranjero.
Analistas creen que la expansión del sector privado es un paso sin retorno en la transformación de la última economía socialista del hemisferio occidental, pero dicen que los detalles son todavía vagos.
"El crédito ayudará, pero ¿para comprar qué? Si no hay insumos la gente tendrá tarjetas de crédito, pero los estantes de las tiendas estarán vacíos", dijo Christopher Sabatini, del Council of the Americas en Washington.
IMPUESTOS
Granma no aclara cuál será la carga fiscal por concepto de impuestos sobre los ingresos, las ventas, la contratación de personal y a la seguridad social.
Los impuestos serán determinantes para la rentabilidad de los nuevos negocios. Según un documento del gobernante Partido Comunista filtrado a los medios, oscilará entre un 10 y un 40 por ciento de los ingresos brutos, según la actividad.
Los nuevos empresarios tendrán además que pagar un 25 por ciento de sus ingresos a la seguridad social.
Pero los detalles publicados el viernes ilustran cómo Raúl Castro busca apoyarse en el sector privado para resolver algunos problemas de Cuba.
Para aliviar el déficit habitacional, por ejemplo, los cubanos serán autorizados a alquilar por primera vez viviendas enteras y no sólo habitaciones como hasta ahora.
Medidas así buscan también legalizar una vasta economía sumergida producto de la falta de oportunidades.
"He estado esperando que abran nuevas licencias. Ahora voy a poder alquilar el apartamento de mi hermano que vive en Alemania con permiso del Gobierno", dijo René Pérez, un técnico químico de 32 años desempleado.
(Reporte de Esteban Israel y Nelson Acosta. Editado por Lucila Sigal)
No hay comentarios:
Publicar un comentario