Votar es un verbo sagrado y ciudadano. Se ejerce con pasión o bajo los dictados de la conciencia. No apela a la violencia sino que es un grito de libertad. Una vez en las colas, los electores de uno y otro bando se reconocen como vecinos o compatriotas, con preocupaciones comunes. Saben que existe una sola nación y su misión es defenderla. Este domingo más de 17 millones de venezolanos deciden la suerte del país. No importa a quienes escojan como sus parlamentarios. Su voto es un derecho indeclinable, secreto y decisivo.
Cort. TalCualDiagital
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