RICHMOND, Virginia, EE.UU. (AP) - Galen Kipe no se ha fumado un cigarrillo en más de tres meses.
Kipe no pudo abandonar el hábito de 17 años con parches de nicotina ni goma de mascar. Finalmente, dejó a un lado sus Marlboro mentolados, cambiándolos por cigarrillos electrónicos, que parecen de verdad y le dan su nicotina, pero no contienen tabaco.
Kipe no pudo abandonar el hábito de 17 años con parches de nicotina ni goma de mascar. Finalmente, dejó a un lado sus Marlboro mentolados, cambiándolos por cigarrillos electrónicos, que parecen de verdad y le dan su nicotina, pero no contienen tabaco.
"Es lo más cercano a lo que estaba haciendo antes", dijo el trabajador siderúrgico de 34 años. "Aún tengo la nicotina, pero sin sentir los efectos secundarios negativos. No puede ser peor que los cigarrillos de verdad".
A medida en que se vuelven más populares, los cigarrillos electrónicos se han vuelto además el centro de una batalla sobre cuán riesgosos son, si son legales y si deben ser regulados.
Los cigarrillos electrónicos están hechos de plástico y metal y calientan una solución líquida de nicotina en un cartucho desechable, creando un vapor que el fumador inhala y al cigarrillo le brilla una diminuta luz en la punta.
Casi 46 millones de estadounidenses fuman cigarrillos tradicionales. Aproximadamente 40% de ellos tratan de abandonar el hábito o usan otro reemplazo con nicotina cada año, de acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades. Pero a diferencia de los parches o las gomas de mascar, los cigarrillos electrónicos operan en un área legal ambigua.
La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) y grupos de salud pública han hecho sonar la alarma, diciendo que esos cigarrillos contienen sustancias químicas peligrosas y están siendo promovidos para niños, y la agencia federal suspendió los embarques de esos cigarrillos en puertos de todo el país.
Algunos vendedores de cigarrillos electrónicos demandaron a la FDA el año pasado luego que la agencia instruyese a las autoridades aduanales a negarle la entrada de los embarques a Estados Unidos. Un juez federal falló que la FDA no puede frenar esos embarques, diciendo que la agencia había excedido su autoridad. La FDA apeló el fallo, y ganó una suspensión temporal del veredicto, en espera que argumentos orales.
La FDA dice que tiene la autoridad para regular los cigarrillos electrónicos como medios de distribución de drogas, y que los fabricantes deben demostrar _ por medio de pruebas clínicas _ que no son peligrosos y que son efectivos como ayuda para dejar de fumar.
Los vendedores de cigarrillos electrónicos en todo el mundo quisieran que fuesen regulados como producto de tabaco, lo que permitiría seguir las mismas restricciones de los cigarrillos tradicionales.
Varios estados han tratado de prohibir la venta de esos productos. Un importante distribuidor ha acordado cesar las ventas en Oregon luego de una demanda presentada por el estado. Y el senador demócrata por Nueva Jersey Frank R. Lautenberg le escribió en mayo a la FDA pidiéndole que los cigarrillos sean sacados del mercado hasta que la agencia examine si son dañinos o no.
Usuarios y distribuidores dicen que los cigarrillos electrónicos lidian tanto con la nicotina como con el aspecto de comportamiento del hábito de fumar _ agarrar el cigarrillo, inhalar, ver el humo salir y los gestos de las manos _ sin el perjuicio de las más de 4.000 sustancias químicas encontradas en los cigarrillos tradicionales.
"Cuando uno habla de un producto que es esencialmente la ruleta rusa y la alternativa es mucho mejor, uno puede imaginarse que los fumadores están muy felices", dijo Jason Healy, presidente del fabricante de cigarrillos electrónicos Blue Cigs, de Charlotte, Carolina del Norte. "Hasta ahora, la alternativa era dejar de fumar o morirse".
Vendidos inicialmente en el mundo en el 2002 como una alternativa a cigarrillos regulares, los cigarrillos electrónicos no se volvieron ampliamente disponibles en Estados Unidos hasta finales del 2006. Ahora, la industria ha crecido de miles en el 2006 a varios millones en todo el mundo, con aproximadamente de 20.000 a 30.000 nuevos usuarios cada semana, dice Healy, cuya compañía espera tener ventas por 30 millones de dólares este año.
Un juego inicial, incluyendo cartuchos con diversos sabores, cuesta 60 dólares. Cartuchos adicionales, por el equivalente a 150 cigarrillos, cuestan 25 dólares. Los cartuchos tienen diversos niveles de nicotina, incluido uno sin nicotina.
Muchos fumadores como Kipe dicen que notan que pueden oler y saborear mejor y duermen más profundamente. Además, las ropas, auto y aliento no les huelen a cigarrillo.
Pero la FDA dice que análisis encontraron que el líquido en los cigarrillos electrónicos contiene sustancias tóxicas para las personas _ además de la nicotina, que en sí es tóxica en grandes cantidades _ y carcinógenos que están presentes naturalmente en el tabaco. La mayoría de los cigarrillos electrónicos son importados.
Sin embargo, el nivel de esos carcinógenos es comparable con aquellos encontrados en otros productos de terapia de nicotina como parches y goma de mascar, porque la nicotina en todos esos productos es extraída del tabaco, dijo el doctor Michael Siegel, profesor de la Facultad de Salud Pública en la Universidad de Boston.
"Es engañoso decir: '¡Dios mío, tienen carcinógenos!', dice Siegel. "Lo importante es cuál es el nivel de carcinógenos. Resulta que los niveles son tan bajos que son 1.400 veces menores que en cigarrillos regulares".
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