Por: VenEconomía 24mar11
Para la involución bolivariana que impulsa Hugo Chávez en Venezuela es vital formar al "hombre nuevo" adoctrinado en el socialismo.
De allí la cruzada de Chávez para imponerse en la educación de los venezolanos y, muy especialmente, el empeño y la arremetida para doblegar a su voluntad a los jóvenes universitarios.
Pero, se topó con una piedra en su camino: Los estudiantes universitarios.
La presencia activa en las calles que viene teniendo desde hace varios años la juventud universitaria ha sido un dique de contención para el avance del comunismo en el país. Para los jóvenes su futuro depende de que exista en el país democracia, libertad de pensamiento, de expresión y de cátedra para formar hombres y mujeres críticos.
El 31 de enero el movimiento estudiantil comenzó una huelga de hambre por más de 20 días frente a la OEA, en defensa de los derechos humanos y la libertad de algunos presos políticos, la cual fue levantada el 22 de febrero tras conseguir que el Gobierno aceptara algunas de sus peticiones, manteniendo una vigilia en seguimiento de su cumplimiento. Hace unos días ese movimiento anunció la radicalización de sus protestas con la Operación Libertad, dado que algunas promesas quedaron en vilo.
El 28 de febrero, un nuevo grupo de jóvenes universitarios inició otra huelga de hambre a las puertas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para solicitar al Gobierno que termine con el fuerte cerco presupuestario que ejecuta contra las universidades autónomas, el cual ha deteriorado programas de investigación, deportivos y culturales, además que ha mermado el ingreso de docentes y empleados.
Esta huelga se ha extendido a varias ciudades del país donde están establecidas universidades, y se le han sumado profesores y empleados. Ahora, desde el martes 22 de marzo, y ante la sordera del Gobierno a sus reclamos, varios huelguistas se han cosido la boca en un claro mensaje de que no cederán a su empeño.
Ese mismo martes, en una estrategia para desarticular la protesta y dividir a estudiantes y profesores, Chávez prometió en cadena nacional: homologar las ayudas económicas a los estudiantes, mejorar los comedores y aumentar la flota de autobuses. Pero no lo logró.
Los estudiantes continúan en pie de lucha. Por un lado, esperan que el Presidente formalice por escrito su promesa. Por otro, porque aún quedan en el tintero los reclamos más trascendentes para garantizar una universidad autónoma, crítica y libre.
De allí la cruzada de Chávez para imponerse en la educación de los venezolanos y, muy especialmente, el empeño y la arremetida para doblegar a su voluntad a los jóvenes universitarios.
Pero, se topó con una piedra en su camino: Los estudiantes universitarios.
La presencia activa en las calles que viene teniendo desde hace varios años la juventud universitaria ha sido un dique de contención para el avance del comunismo en el país. Para los jóvenes su futuro depende de que exista en el país democracia, libertad de pensamiento, de expresión y de cátedra para formar hombres y mujeres críticos.
El 31 de enero el movimiento estudiantil comenzó una huelga de hambre por más de 20 días frente a la OEA, en defensa de los derechos humanos y la libertad de algunos presos políticos, la cual fue levantada el 22 de febrero tras conseguir que el Gobierno aceptara algunas de sus peticiones, manteniendo una vigilia en seguimiento de su cumplimiento. Hace unos días ese movimiento anunció la radicalización de sus protestas con la Operación Libertad, dado que algunas promesas quedaron en vilo.
El 28 de febrero, un nuevo grupo de jóvenes universitarios inició otra huelga de hambre a las puertas del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), para solicitar al Gobierno que termine con el fuerte cerco presupuestario que ejecuta contra las universidades autónomas, el cual ha deteriorado programas de investigación, deportivos y culturales, además que ha mermado el ingreso de docentes y empleados.
Esta huelga se ha extendido a varias ciudades del país donde están establecidas universidades, y se le han sumado profesores y empleados. Ahora, desde el martes 22 de marzo, y ante la sordera del Gobierno a sus reclamos, varios huelguistas se han cosido la boca en un claro mensaje de que no cederán a su empeño.
Ese mismo martes, en una estrategia para desarticular la protesta y dividir a estudiantes y profesores, Chávez prometió en cadena nacional: homologar las ayudas económicas a los estudiantes, mejorar los comedores y aumentar la flota de autobuses. Pero no lo logró.
Los estudiantes continúan en pie de lucha. Por un lado, esperan que el Presidente formalice por escrito su promesa. Por otro, porque aún quedan en el tintero los reclamos más trascendentes para garantizar una universidad autónoma, crítica y libre.
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