La banca ha sido conminada a "culminar" viviendas y asumir las diferencias de precios. Igualmente el gobierno quiere que la banca financie a decenas de miles de productores agrícolas de los que no hay certeza de qué producen
Por: Juan Uslar Gathman/TalCualDigital
La reciente crisis del sector de construcción estalló de manera espectacular con la "expropiación" de facto de una serie de conjuntos habitacionales debido a acusaciones por parte de algunos compradores de que los promotores habrían cometido estafa contra ellos.
La "estafa" en esencia consiste en que los apartamentos no se entregaron a tiempo o con precios que no eran los esperados por algunos clientes.
La banca ha sido conminada a "culminar" esos conjuntos y a asumir las diferencias de precios. Igualmente el gobierno quiere que la banca financie a decenas de miles de productores agrícolas de los que no hay certeza de qué producen.
¿Estamos en presencia de un proceso de "pdvisación" de la banca? La banca, es bueno recordarlo, lo que hace hoy en día en Venezuela es financiar las diferentes etapas del desarrollo de viviendas, es decir adelantar dinero a los constructores para que puedan cumplir con su trabajo sin esperar a que les paguen los apartamentos que fabrican para vender.
Con lo que los constructores venden se pagan los préstamos. Lo que el gobierno quiere ahora es que los bancos se involucren en el proceso de fabricación de vivienda, con otros constructores, y que garanticen el resultado a los compradores bajo condiciones que no necesariamente cubren los costos.
También es bueno recordar que el proceso inflacionario se debe en Venezuela a un descalce entre la oferta y la demanda, que lo genera un gasto público sin contrapartida real, vale decir de bienes o servicios; el gobierno supuso que con la nacionalización de los fabricantes de cemento y cabilla se iba a resolver el problema de la construcción y, según parece, se ha reducido aun más la oferta.
El tema de la indexación automática al IPC se transformó en abusos en algunos casos, pero la solución no puede ser negar la inflación, o pretender que los bancos carguen con sus consecuencias. Otra cosa sería si los bancos fueran, como antaño, dueños o promotores de las obras.
En cuanto a los alimentos sucede algo aún más peligroso, pues la cantidad total de productores agrícolas certificados por el propio gobierno no pasa de 20.000 en Venezuela.
Luego del censo de productores aparecieron cerca de 600.000, que han sido filtrados a 20.000 distintos de los antes citados. Habrá que prestarles a tasas y plazos especiales, y sin mayor claridad sobre las garantías. La banca debe ocuparse de lo que sabe hacer.
Por: Juan Uslar Gathman/TalCualDigital
La reciente crisis del sector de construcción estalló de manera espectacular con la "expropiación" de facto de una serie de conjuntos habitacionales debido a acusaciones por parte de algunos compradores de que los promotores habrían cometido estafa contra ellos.
La "estafa" en esencia consiste en que los apartamentos no se entregaron a tiempo o con precios que no eran los esperados por algunos clientes.
La banca ha sido conminada a "culminar" esos conjuntos y a asumir las diferencias de precios. Igualmente el gobierno quiere que la banca financie a decenas de miles de productores agrícolas de los que no hay certeza de qué producen.
¿Estamos en presencia de un proceso de "pdvisación" de la banca? La banca, es bueno recordarlo, lo que hace hoy en día en Venezuela es financiar las diferentes etapas del desarrollo de viviendas, es decir adelantar dinero a los constructores para que puedan cumplir con su trabajo sin esperar a que les paguen los apartamentos que fabrican para vender.
Con lo que los constructores venden se pagan los préstamos. Lo que el gobierno quiere ahora es que los bancos se involucren en el proceso de fabricación de vivienda, con otros constructores, y que garanticen el resultado a los compradores bajo condiciones que no necesariamente cubren los costos.
También es bueno recordar que el proceso inflacionario se debe en Venezuela a un descalce entre la oferta y la demanda, que lo genera un gasto público sin contrapartida real, vale decir de bienes o servicios; el gobierno supuso que con la nacionalización de los fabricantes de cemento y cabilla se iba a resolver el problema de la construcción y, según parece, se ha reducido aun más la oferta.
El tema de la indexación automática al IPC se transformó en abusos en algunos casos, pero la solución no puede ser negar la inflación, o pretender que los bancos carguen con sus consecuencias. Otra cosa sería si los bancos fueran, como antaño, dueños o promotores de las obras.
En cuanto a los alimentos sucede algo aún más peligroso, pues la cantidad total de productores agrícolas certificados por el propio gobierno no pasa de 20.000 en Venezuela.
Luego del censo de productores aparecieron cerca de 600.000, que han sido filtrados a 20.000 distintos de los antes citados. Habrá que prestarles a tasas y plazos especiales, y sin mayor claridad sobre las garantías. La banca debe ocuparse de lo que sabe hacer.
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