El PCV no sólo ha protestado airadamente la deportación del colombiano-sueco sino que con una precisión y una pertinacia, que deberían mostrar los partidos de la MUD, ha dicho que el rey anda desnudo y que todas esas fantasías delirantes de Chávez y del rey de la pamplina frita, Jorge Giordani "son un fracaso"
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
La verdad es que al viejo Partido Comunista de Venezuela (PCV) no se le puede negar una consecuencia ética y política con sus principios y valores. Se le ha vuelto una piedrita en el zapato a Chávez. Lo respalda, ciertamente, pero más de una vez Chacumbele debe haber sentido ganas de decirles "no me defiendas, compadre".
De hecho, en el discurso del Primero de Mayo los criticó, con el viejo procedimiento fascistoide de pasar facturas viejas: les recordó que habían apoyado a Caldera en 1993, como si tal decisión política dentro de aquel contexto de 1993 pudiera ser una causal de descalificación.
El PCV no sólo ha protestado airadamente la deportación del colombiano-sueco sino que con una precisión y una pertinacia, que deberían mostrar los partidos de la MUD, ha dicho que el rey anda desnudo y que todas esas fantasías delirantes de Chávez y del rey de la pamplina frita, Jorge Giordani: saraos, saraítos, empresas de producción social y cooperativas que trabajan con algunas misiones sociales "son un fracaso", aseverando además que "continúa existiendo un severo déficit en cuanto al aparato institucional del Estado".
El gallo, que más bien es un pollito, continúa, sin embargo, cantando claro y alto. No le teme al Máximo y dice sus verdades aparentemente sin temor a las consecuencias, que podrían ser terribles, porque Chacumbele no masca cuando le llevan la contraria.
¡Qué mayor demostración del fraude que ha sido la chavorrevolución que la postura intransigente del PCV! Unas veces con razón y otras sin ella (más papista que el Papa), el PCV está forzando un debate en ese ambiente enrarecido de la chavorrevolución.
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