Por: VenEconomía
La infausta situación penitenciaria en Venezuela ha llegado en los últimos días a extremos insostenibles. Un pase de revista a los acontecimientos de El Rodeo, uno de los principales centros penitenciarios del país, deja al descubierto la reincidencia del Gobierno en varios pecados capitales.
1) La Mentira. No habían pasado ni tres días que el Gobierno hablaba sobre el reimpulso del Plan de Humanización Penitenciaria, que dice realizar desde 2006, cuando el 12 de junio le reventó el sangriento motín de El Rodeo. Otro más de la media docena de hechos de violencia registrados en lo que va de año en una cárcel del país. El Ministerio del Interior y Justicia no ha dicho la verdad sobre la situación carcelaria, ni sobre los hechos de El Rodeo.
2) La inacción. El problema de las cárceles en Venezuela aunque no es de data reciente, se ha agravado en la última década. Años de indolencia, ineptitud y corrupción han hecho su más dramática eclosión en El Rodeo. Los centros penitenciarios se han convertido en un depósito de seres humanos, a quienes se le viola consuetudinariamente sus derechos humanos. El retardo procesal es una de las principales causas de que la población penitenciaria se haya incrementado 150% en cinco años. No existe una política de rehabilitación del recluso.
3) La Censura y la falta de información veraz. Como es usual en regímenes dictatoriales la política de información es el silencio. A los familiares, los medios de comunicación privados e incluso a los diputados de la oposición se les ha vedado el paso a las cercanías del penal. Es poco claro lo que allí ha ocurrido. Para el día de hoy no se conoce el saldo verdadero de reclusos fallecidos y heridos.
4) Evasión de la responsabilidad y descalificación del otro. Para el Gobierno la culpa del desastre penitenciario es de la IV República, de las ONG que trabajan desde hace años para mejorar la situación de los reclusos y de los "miserables" medios de comunicación y parlamentarios de oposición que están denunciando la realidad de los hechos de El Rodeo, como los catalogó el Vicepresidente, Elías Jaua.
5) La Corrupción. El Rodeo develó la magnitud de las mafias que trafican armas y narcóticos en las prisiones. La cantidad de armas y drogas que dice el Ministerio de Relaciones Interiores que fueron encontradas en el penal, sólo pueden haber entrado con la complicidad de los cuerpos de seguridad.
Es inconcebible que un Gobierno que dice ser humanista y centrado en el bienestar del venezolano haya dejado que esta situación llegara a tales extremos, sin fijar las verdaderas responsabilidades y sancionar a los culpables.
1) La Mentira. No habían pasado ni tres días que el Gobierno hablaba sobre el reimpulso del Plan de Humanización Penitenciaria, que dice realizar desde 2006, cuando el 12 de junio le reventó el sangriento motín de El Rodeo. Otro más de la media docena de hechos de violencia registrados en lo que va de año en una cárcel del país. El Ministerio del Interior y Justicia no ha dicho la verdad sobre la situación carcelaria, ni sobre los hechos de El Rodeo.
2) La inacción. El problema de las cárceles en Venezuela aunque no es de data reciente, se ha agravado en la última década. Años de indolencia, ineptitud y corrupción han hecho su más dramática eclosión en El Rodeo. Los centros penitenciarios se han convertido en un depósito de seres humanos, a quienes se le viola consuetudinariamente sus derechos humanos. El retardo procesal es una de las principales causas de que la población penitenciaria se haya incrementado 150% en cinco años. No existe una política de rehabilitación del recluso.
3) La Censura y la falta de información veraz. Como es usual en regímenes dictatoriales la política de información es el silencio. A los familiares, los medios de comunicación privados e incluso a los diputados de la oposición se les ha vedado el paso a las cercanías del penal. Es poco claro lo que allí ha ocurrido. Para el día de hoy no se conoce el saldo verdadero de reclusos fallecidos y heridos.
4) Evasión de la responsabilidad y descalificación del otro. Para el Gobierno la culpa del desastre penitenciario es de la IV República, de las ONG que trabajan desde hace años para mejorar la situación de los reclusos y de los "miserables" medios de comunicación y parlamentarios de oposición que están denunciando la realidad de los hechos de El Rodeo, como los catalogó el Vicepresidente, Elías Jaua.
5) La Corrupción. El Rodeo develó la magnitud de las mafias que trafican armas y narcóticos en las prisiones. La cantidad de armas y drogas que dice el Ministerio de Relaciones Interiores que fueron encontradas en el penal, sólo pueden haber entrado con la complicidad de los cuerpos de seguridad.
Es inconcebible que un Gobierno que dice ser humanista y centrado en el bienestar del venezolano haya dejado que esta situación llegara a tales extremos, sin fijar las verdaderas responsabilidades y sancionar a los culpables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario