La enfermedad del Presidente, los problemas carcelarios y otros acontecimientos, que han monopolizado en las últimas semanas la atención de los medios de comunicación, han hecho que pase casi desapercibido un tema de interés nacional, por lo que entraña de ilegalidad y corrupción, como lo es la declaración de estado de emergencia en la Faja Petrolífera del Orinoco.
En junio, Petróleos de Venezuela, sin anuncios oficiales, emitió una autorización ejecutiva para otorgar contratos en la Faja Petrolífera del Orinoco directamente, sin el proceso de licitación que exige la Ley venezolana. La medida se justificó declarando un "estado de emergencia" en la Faja Petrolífera del Orinoco, que le otorgó al Presidente y la Junta Directiva de PDVSA la autoridad ejecutiva para adjudicar contratos.
Las primeras acotaciones que se imponen son:
Que este es otro atentado en contra de la Ley venezolana.
Que la forma de actuar fue opaca y tras bastidores: La declaración de emergencia no fue anunciada ni publicada en la Gaceta Oficial inmediatamente. La misma sólo salió a la luz pública a mediados de julio en un reportaje de la agencia Reuters.
Que el proceso mismo de autorización está viciado. No se sabe con exactitud quién la declaró, pues Chávez estaba en La Habana convaleciente de sus dos operaciones abdominales. Se piensa que fue en un Consejo de Ministros, presidido por el vicepresidente Elías Jaua, acompañado por el Presidente de PDVSA, su adversario, Rafael Ramírez.
En el mundo dictatorial chavista, donde el secretismo, la ambigüedad y la falta de rendición de cuentas son de una cotidianidad pasmosa, no es de extrañar que esta nueva arbitrariedad huela a corrupción. Algo que tampoco ya causa sorpresa alguna, dado los precedentes del maletín de los $800.000, de la malversación del Fondo de Pensiones, y los alimentos podridos de PDVAL. Casos pendientes de rendir cuentas, más temprano que tarde, cuando se restituya el sistema de institucionalidad democrática.
La realidad es que esta declaratoria de emergencia y la subsecuente adjudicación ilegal a dedo de los contratos en PDVSA lo único que evidencia es la creciente desesperación del Ejecutivo por el estancamiento de los proyectos de la Faja, que ha dejado a Ramírez sin tiempo para cumplir con la fecha límite para el desarrollo de la producción temprana, pautada para 2012.
De allí que no se entienda tanta euforia del convaleciente Chávez al escribir en @chavezcandanga "¡Bravo camarada Rafael Ramírez! ¡Allí está el gran potencial patrio! ¡Vamos a ser una Potencia! ¡Independencia y Socialismo! ¡Viva la PDVSA patria!".
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