En Venezuela una gran mayoría de la población tiene la desconfianza y el miedo incrustado en su ser, en cuanto a dar información personal a terceros, especialmente si éste está relacionado con el Gobierno de Chávez.
No es gratis esta desconfianza. Muchos están sufriendo las secuelas de haber firmado la solicitud de un referendo para revocar al presidente Chávez.
El temor se acrecienta cuando el Gobierno ha inmiscuido a la Cuba de los dictadores Castro en todo lo relacionado con la data ciudadana, desde todo documento que requiera pasar por una notaria o registro, pasando por el Sistema de Identidad del venezolano, incluyendo pasaportes y la cédula de identidad biométrica que está en proceso. Sobre este último se han generado denuncias por la falta de transparencia y la entrega a dedo del contrato mil millonario a la empresa estatal cubana, Albet Ingeniería y Sistemas, la cual carece de la competencia y tecnología para emprender esa tarea.
Por si esto fuese poco, ahora resulta que el XIV Censo Nacional de Población y Vivienda que comenzará el 1º de septiembre en el país, para recolectar datos supuestos a dar a conocer la estructura demográfica y socioeconómica de la población venezolana, también estará manejado por la misma empresa Albet Ingeniería y Sistemas, léase el Gobierno de Cuba.
Es cierto, que todo país que quiera planificar el futuro de sus ciudadanos con políticas públicas ajustadas a las necesidades de éstos, requiere de una investigación y análisis minucioso de un sin fin de datos personales y confidenciales del grupo familiar y su desenvolvimiento.
Sin embargo, lo que la población no debe permitir ni aceptar es que esa data personalísima caiga en manos de un Gobierno extranjero. Menos aún cuando ese Gobierno es una vieja dictadura que ha dominado y arruinado a su país por 52 años. Y cuando esa dictadura requiere para su supervivencia de los ingentes recursos petroleros que Hugo Chávez les derrocha a discreción.
De nada vale que el INE, ahora salga al paso, ante las denuncias de la injerencia cubana en el XIV Censo Nacional, y jure y perjure que los ¨datos personales suministrados por los venezolanos para el censo estarán amparados por el secreto estadístico¨. Ni que indique que ¨ la población podrá consultar en la página web del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el número de cédula del empadronador que visite la casa¨. O explique las maravillas de la tecnología importada que se utilizará en el proceso.
El Gobierno debe y tiene que aclarar a dónde irá a parar esa data tan importante para la vida personal de cada venezolano y para la tan cacareada soberanía y seguridad nacional.
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