Tiempos difíciles para el Libertador, no tanto por la expresión que nos regala, sino por la maraña de cables y aparatos electrónicos que rodean su busto en un rinconcito en la sede del PSUV.
No hay derecho, señor. Después de librar ingentes batallas, venir a parar aquí, en este viejo caserón donde se habla más de camionetas nuevas y apartamentos en la playa que de revolución. Cálmate, Bolívar, los malos tiempos pasarán.Foto: Saúl Uzcátegui/TalCualDigital
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