Esta noche se cumplen 48 años de la tradición. La Cruz del Ávila brillará de nuevo en la montaña, marcando para muchos caraqueños el inicio formal de la Navidad.
La estructura de 38 metros de alto y 18 de ancho se levantó en 1982 y hasta 2009 funcionó con 74 bombillos. Desde ese año las luminarias son ahorradoras, con lo cual se redujo el consumo de 11 mil vatios a 2 mil, a pesar de que se tuvieron que doblar en cantidad para mantener el brillo de la cruz.
En años anteriores el encendido estuvo a cargo de hijos de los empleados o destacados estudiantes de la comunidad. Hoy, la emoción de activar el botón para el encendido la tendrá un niño habitante del refugio que funciona en la sede principal de Corpoelec, en Sarría. La activación de las luces se hace a control remoto.
José Paredes, involucrado con el mantenimiento de la cruz desde su creación, contó que las pruebas inician en noviembre. El procedimiento es confirmar que cada uno de los 144 bombillos prendan y los sócates no presenten fallas, pues un error sería inadmisible ese día. "Todos lo esperan", dice él. En sus años de servicio la cruz nunca ha dejado de encenderse. El símbolo cristiano brillará en la montaña hasta el 7 de enero. Durante toda la noche de hoy, el 24 y 31 de diciembre y desde las 6 pm hasta la medianoche el resto de los días.
El nombre del niño que activará la cruz se conocerá horas antes. Será uno de los pequeños que viven en un refugio de Corpoelec y primero debe ganar un concurso de dibujo.
La idea de iluminar el símbolo cristiano para el disfrute de los caraqueños fue de Ottomar Pfersdorff, un ingeniero estadounidense de la plantilla de la desaparecida Electricidad de Caracas. En 1963 él logró que los empleados del hotel Humboldt, en la cima del Ávila, cerraran las cortinas de unas habitaciones y dejaran las luces de otras encendidas toda la noche. El resultado visual era una inmensa cruz luminosa.
El gasto de energía se hizo insostenible para el hotel, así que en 1966 se instaló una cruz en la antena del canal VTV, en el sector Los Mecedores. Luego en 1982, se construyó la estructura que conocemos hoy, en la estación Papelón.
Su diseño está basado en lo que sería una torre de transmisión y en su mantenimiento anual trabajan unos 11 empleados, entre las direcciones de líneas aéreas, telecomunicaciones e infraestructura.
Para subir a la cruz, se debe tomar la ruta que conduce al puesto de Loma del Viento, cuyo acceso está a la altura de San Bernardino, en donde se debe dejar el vehículo. Luego, el recorrido es de unos 30 minutos.
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