SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
La crisis de los servicios médicos en el país no es un invento de la oposición. La publicidad oficial sobre el tema es abundante, pero no puede ocultar la lamentable realidad. Leemos que en el hospital oncológico Miguel Pérez Carreño, de Valencia, la sociedad médica decidió suspender los planes electivos y operar sólo las emergencias de quienes ya tienen historia abierta.
Más de 400 pacientes esperan turno quirúrgico, detalló el presidente de la Sociedad Médica de ese hospital, Daniel Verdecchia. Las razones son varias y van desde la inexistencia de insumos incluyendo inyectadoras, pasando por la carencia de anestesiólogos y la avería del acelerador lineal, equipo que hace las radioterapias. Esto ocurre justamente cuando el país es sede de la cumbre donde será creada la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, ente que enfrentará, en imaginación del Caporal, al imperio y su "satélite" canadiense.
Dicho encuentro está costando una boloña de plata que muy bien le vendría a este hospital, así como a otros centros de salud donde la atención a los enfermos deja mucho que desear. Conocemos el caso de una persona que se fracturó dos huesos de una pierna y pasó 17 días en la emergencia del hospital Pérez Carreño, pero en el de Caracas. O sea, el nombre es el mismo y la falta de atención oportuna también. Mientras, el Caporal desatiende este tema, pues para su enfermedad cuenta con un sistema médico de primera. En Venezuela todos somos iguales, dice el chavismo, pero hay algunos más iguales que otros.
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