Por sorprendente que parezca, por estos días miles de personas en el mundo deciden darse un chapuzón en aguas congeladas y con varios grados bajo cero. La gran mayoría lo hace por cuenta de la Epifanía de la iglesía ortodoxa rusa, mientras que en otras culturas es más un asunto de tenacidad y aguante. Al final, es un acto terapéutico que le da una inyección de vitalidad al cuerpo y al espíritu.
Una mujer toma un baño enlas aguas heladas de un lago en la villa of Pilnitsa, a 17 millas, al nordeste de Minsk, Bielorrusia. REUTERS/Vasily Fedosenko
Una mujer toma un baño enlas aguas heladas de un lago en la villa of Pilnitsa, a 17 millas, al nordeste de Minsk, Bielorrusia. AP Photo/Sergei Grits
En Kiev, Ucrania, cientos de personas celebraron la Epifanía ortodoxa en un lago de la capital. El concepto de baño es el de recrear el bautizo de Jesús por Juan Bautista en las aguas del río Jordán. REUTERS/Gleb Garanich
Veteranos de guerra caminan sobre las aguas heladas del río Dnieper, en Kiev, Ucrania, en conmemoracion de la Epifanía. REUTERS/Vladimir Sindeyev
Con la catedral de San Salvador de la Sangre Derramada de fondo, un hombre se persigna mientras toma un baño en las aguas del río Neva, en San Petersburgo, Rusia. AP Photo/Dmitry Lovetsky
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