lunes, 23 de abril de 2012

Callan las dos Luisas/Simón Boccanegra 23abr12

Las dos Luisas guardan ensordecedor silencio frente a las declaraciones de Aponte Aponte. Seguro que la reunión que todos los viernes sostienen en la Vicepresidencia de la República fue suspendida este fin de semana, pero no se les ocurrió emplear ese tiempo para dar su versión sobre los hechos revelados por el "nuevo mejor amigo de la DEA"

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital

Las dos Luisas están guardando un ensordecedor silencio frente a las declaraciones del exmagistrado Eladio Aponte Aponte. Seguramente la reunión que todos los viernes sostenían en la Vicepresidencia de la República fue suspendida este fin de semana, pero no se les ocurrió emplear ese tiempo para dar su versión sobre los acontecimientos revelados por el "nuevo mejor amigo de la DEA".

Quien sí escribió sobre el "prófugo" fue el magistrado Fernando Vegas Torrealba, en un artículo publicado en la página zcommunications.org, y en donde, según la versión que de dicho artículo hace El Universal, dice que Aponte Aponte era un pillo.

Si este magistrado conocía esa faceta del hombre que le entregó la credencial a Walid Makled, debemos suponer que todos los integrantes del máximo tribunal del país estaban al tanto de sus malos pasos. ¿Por qué entonces nunca dijeron nada? La pregunta puede parecer ingenua, pero le tomamos la palabra al nuevo hombre fuerte del país, Diosdado Cabello, quien aseguró el viernes que "aquí no obligamos a nadie" a hacer lo que no quiera.

No tenemos porqué dudar de la palabra del heredero, por lo que nos cuesta más todavía comprender el silencio de Luisa Ortega Díaz y de Luisa Estella Morales. Claro que la memoria también nos trae el recuerdo de unas declaraciones de la segunda Luisa en las que le dijo a Chacumbele que las instituciones estaban a su servicio, por lo que no es difícil deducir que cualquier opinión que ambas vayan a emitir sobre cualquier tema, y las declaraciones de AA no son cualquier tema, deben ser consultadas con el jefe de las instituciones.

Pero la distancia entre Caracas y La Habana es un escollo difícil de superar a pesar del avance en las comunicaciones, no vaya a ser que la llamada telefónica, el correo electrónico o el PIN enviado desde un celular sea interceptado por algún enemigo del proceso y las Luisas queden más desnudas de lo que están.

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