Diremos que no hay peor sordo que el que no quiere oír. La calle habla, no hay gobierno que pueda con la gente cuando esta sin necesidad de hacer escándalo muestra su descontento. José Martí, Luis Roche, el Indio Chacao y hasta el propio Libertador amanecieron con la gorra tricolor, esa que anuncia el cambio
La calle habla. Eso nadie lo duda. No hay gobierno que pueda con la gente, cuando esta, sin necesidad de hacer escándalos, comienza a mostrar su descontento.
Es lo que ocurre frente a un Estado que se ocupa de una gorra en la cabeza de un candidato presidencial incómodo en vez del hambre, la inseguridad, la violencia, la mala calidad de vida, la inflación y demás penurias nacionales.
Menos mal que la gente sabe que al mal tiempo buena cara, pero no de conformismo sino de esperanza. Es la actitud que ayer se vio en las calles y en las cabezas de muchos ilustres, convertidos en estatuas.
José Martí, Luis Roche, el Indio Chacao y hasta el propio Libertador reivindicaron el tricolor, más allá de la gorra. Si a algunos les molesta la bandera es porque solo quieren quedarse con el rojo. Pero la calle habla, y a la calladita, pegará su grito electoral.
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