SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Dentro del chavismo la actitud de Chacumbele, el domingo en Valencia, donde les "participó" su nuevo candidato a la gobernación regional no cayó del todo bien. Ese día hubo rechazo a la decisión de Esteban y las críticas se propagaron también por Twitter y otras redes sociales. La verdad es que no entendemos cómo se sorprenden y por qué se molestan.
La democracia participativa que pregona el Caporal es esa: participar a la gente lo que él en solitario decide. Ni siquiera la dirección regional del PSUV sabía que Nicolás Maduro había sido sustituido por Francisco Ameliach.
Los números del canciller no debían ser muy buenos, o puede tener un destino de mayor importancia. En todo caso, lo que extraña es que haya militantes del proceso que se asombren por el regaño que su líder le propinó a quienes protestaron el cambio de candidato.
La democracia participativa en la que cree Chacu es esa, no la que está planteada en la Bicha. La práctica es lo que importa y lo ocurrido en Valencia el domingo es algo reiterado, repetido, costumbre pues.
En los cuarteles se participa de esa manera, se le ordena a la tropa lo que debe hacer, decir y pensar. Así fue en Bolívar, donde ratificó a Francisco Rangel Gómez como su candidato, a pesar de que dentro del PSUV regional hay serias críticas a su gestión. Esas opiniones a Esteban ni le van ni le vienen.
A quienes en Valencia proclamaron, desde la base, a Rafael Lacava, alcalde de Puerto Cabello, como el candidato que ellos proponían, pues los mandó largo al carajo. Les dijo que lo que importaba era su candidatura y lo que se imponía era lo que él decidía. El domingo recibieron otra ración de "democracia participativa".
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