El 7 de octubre los venezolanos le pasarán innumerables facturas al Candidato Continuista. Pero entre ellas habrá una factura inmensa. La que será emitida por todos los venezolanos que viven en la provincia y que han visto su vida deteriorada por la inmensa arrogancia, incompetencia, centralismo y desprecio por lo local que ha caracterizado la actual gestión del gobierno nacional de casi 14 años
MARINO J. GONZÁLEZ r./TalCualDigital
El 7 de octubre los venezolanos le pasarán innumerables facturas al Candidato Continuista. Pero entre ellas habrá una factura inmensa. La que será emitida por todos los venezolanos que viven en la provincia y que han visto su vida deteriorada por la inmensa arrogancia, incompetencia, centralismo y desprecio por lo local que ha caracterizado la actual gestión del gobierno nacional de casi 14 años.
Todo el que haya viajado recientemente por las carreteras nacionales sabe el tamaño de esa factura. Tomemos un ejemplo, entre Caracas y Cumaná hay 418 kilómetros. Eso significa que se podría llegar razonablemente en menos de cinco horas. Incorrecto. Eso sería si la vialidad estuviera en las condiciones adecuadas. Actualmente puede llevarse entre 8 y 9 horas.
Nada más salir de Barcelona viniendo de Puerto La Cruz puede llevar una hora. En la redoma se hace una descomunal cola. Los vendedores ambulantes lo describen fácilmente: "eso es así siempre". Y ni hablar del estado de la vía entre Guanta y Cumaná. La anhelada autopista es una mera ilusión. Las fallas de borde al atravesar el Parque Nacional Mochima son de marca mayor. Una próxima lluvia torrencial puede dejar incomunicados a toda la región oriental. Conseguir un letrero de señalización es otra odisea.
El gobierno del Candidato Continuista ha dejado a la provincia venezolana en pésimas condiciones de vialidad, sin puertos, sin aeropuertos, sin mantenimiento de las vías, sin señales, sin los proyectos de infraestructura vial, y sin las inversiones que van asociadas a esos proyectos.
Por cada inversión en esa infraestructura existe una inversión correspondiente en nuevos negocios, empresas, y todo ello es sinónimo de nuevas y mejores fuentes de trabajo. Pero nada de eso es prioridad del Candidato Continuista. Parece que su consigna es fomentar todas las condiciones para el atraso de los venezolanos. Y las consecuencias están allí, visibles, palpables.
El Candidato Continuista ha dejado sin vigencia el artículo 164 de la Constitución. Allí se establece que los Estados tienen entre sus competencias exclusivas la policía estadal, los servicios públicos estadales, las vías terrestres estadales, y la administración de carreteras nacionales y puertos y aeropuertos comerciales, entre otras.
Nada de eso existe en los estados venezolanos. El actual gobierno ha copado todos los espacios y ha hecho retroceder las demandas del Estado Federal, que de paso se encuentran bien claritas en la Constitución de 1999.
Toda esta agresión a los venezolanos se manifiesta en detrimento de sus condiciones de vida. En la calidad de sus trabajos, de su educación, de su salud, en el desplazamiento diario. Todos esos sinsabores se expresarán en la inmensa factura que los venezolanos le tienen reservada al Candidato Continuista.
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