Ariana Cubillos / AP
ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
El gobierno venezolano asignó a las milicias el resguardo de las instalaciones eléctricas, según documentos obtenidos por El Nuevo Herald que develan los planes del presidente Hugo Chávez de sacar a los guardianes de su revolución a la calle, temiendo acciones de saboteo y de desestabilización en las elecciones de octubre.
El gobierno venezolano asignó a las milicias el resguardo de las instalaciones eléctricas, según documentos obtenidos por El Nuevo Herald que develan los planes del presidente Hugo Chávez de sacar a los guardianes de su revolución a la calle, temiendo acciones de saboteo y de desestabilización en las elecciones de octubre.
Los documentos, pertenecientes al Comando General de la Milicia Bolivariana, prevén que la oposición venezolana planifica acciones de sabotaje contra el sistema eléctrico del país como parte de un plan general de desestabilización que justificaría una invasión estadounidense al país sudamericano, en lo que sería “un intento desesperado” por remover a Chávez del poder tras llegar a la conclusión que perderá las elecciones de octubre.
“Conociendo por métodos estadísticos que el triunfo electoral del presidente Chávez es irreversible […], sectores opositores intentan perpetrar un sabotaje eléctrico para generar desestabilización y propiciar una intervención extranjera”, indicó el documento Análisis de Inteligencia Social. Caso: Sabotaje Eléctrico para la desestabilización Nacional, con fecha de julio del 2012.
El documento señala que uno de los ataques podría ser emprendido durante los comicios del 7 de octubre, o el día siguiente, para “propiciar un proceso manual de sufragio y generar desestabilización”.
Otro intento podría ser perpetrado pocos días antes de la realización de las elecciones regionales de diciembre.
“Se presume una mejor organización, una mayor experiencia alcanzada por medio de ensayos y, sobre todo, un desesperado deseo de tomar el poder político y económico del país para lo cual se ha fortalecido la alianza entre la oposición política venezolana, el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, y algunas transnacionales que históricamente han protagonizado golpes de Estados de los países suramericanos”, sostuvo el documento.
El plan de sabotaje, “está organizado desde los Estados Unidos de Norteamérica con apoyo de la ultraderecha venezolana y empresas transnacionales, y con la ejecución técnica de especialistas de Corpoelec [empresa estatal que absorbió a todas las compañías eléctricas del país], activos y jubilados, quienes reciben su respaldo”, añadió.
Esos especialistas de Corpoelec son empleados no leales a la Revolución Bolivariana, denominados como “personal anti-patriota”, que según los documentos serían los responsables de un incremento a partir del 2007 de una serie de interrupciones en el servicio eléctrico.
Esas interrupciones en el servicio, que siguen afectando con frecuencia las principales ciudades del país, han sido atribuidas por expertos a una variedad de factores que van desde sequías, una mala administración y la falta de inversiones para el mantenimiento de equipos existentes y para aumentar la generación de energía, lo cual es necesario ante el incremento natural en el consumo provocado por el crecimiento poblacional.
No obstante, los documentos de las milicias introducen otra teoría.
Las interrupciones fueron provocadas “con la finalidad de generar alto grado de insatisfacción en el pueblo, y de manera especial, en las comunidades más populosas con mayor población”, señaló el informe.
Otro de los documentos obtenidos, titulado Plan de Apoyo de Seguridad Eléctrica Nacional de la Milicia Bolivariana, contempla la asignación de 2,000 milicianos para proteger las instalaciones en los próximos meses.
Según el plan, los milicianos estarían distribuidos en tres “dispositivos” diferentes, denominados Turbina, Estación y Torre, los cuales podrían operar conjuntamente entre ellos o por separado, en actividades que van desde el patrullaje de áreas y los controles de puntos de entrada, hasta la operaciones de “redes de contrainteligencia”.
Asimismo, el plan contempla el “fortalecimiento y la formación de cuerpos de combatientes en forma progresiva en las empresas del Estado del sector eléctrico”.
Los documentos también detallan que las milicias se han mantenido activas en labores de inteligencia.
Un tercer documento denominado Plan Estratégico de Seguridad Eléctrica Nacional, esbozó algunas de las conclusiones obtenidas a través de “trabajos de contrainteligencia realizados fuera y dentro de la industria eléctrica”.
El informe atribuye los problemas internos generados dentro del sector a la influencia ejercida por los sindicatos, una dirección “no alineada con el gobierno revolucionario” y al malestar interno creado por la fusión de las distintas compañías eléctricas.
Estos factores “generan anarquía y un estado de zozobra en los trabajadores, y cuyos actores manifiestan ser socialistas y revolucionarios, pero carecen de los valores morales y espirituales que decoran la vida del verdadero socialista”, declaró el informe.
Los documentos fueron preparados en el marco de una serie de señales que apuntan a que el gobierno de Chávez prevé fortalecer a las milicias para convertirlas en el mayor componente de las Fuerzas Armadas Nacionales.
Expertos señalan que las milicias, grupo armado conformado para defender la revolución bolivariana y no necesariamente al Estado, son fundamentales para los planes de Chávez de instaurar un régimen socialista en el país, ya que le otorga el poder de intimidación necesario para poder protegerse de cualquier pretensión de derrocarle proveniente de las fuerzas armadas.
Según el recién develado Plan Sucre, Chávez pretende contar con un millón de milicianos para el próximo año, que deberán ser entrenados para sostener una guerra de guerrillas prolongada ante el prospecto de una invasión estadounidense.
El Nuevo Herald
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