SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
"Venezuela territorio libre de analfabetismo". Esta era la consigna que voceaban todos los integrantes del actual gobierno, desde Chacumbele para abajo.
Así como habían hecho otras revoluciones que en este continente se han producido, pero con retraso, los chavistas quisieron vivir su épica de acabar con el analfabetismo que existía en el país.
Nadie se opuso ni criticó tal decisión, pero sí hubo quienes advirtieron que la tarea sería mucho más fácil en Venezuela que en la Cuba de los 60 o en la Nicaragua de los setenta, pues la democracia instaurada en 1958 había avanzado mucho en ese terreno.
No hay que olvidar tampoco que la decisión de Esteban y sus muchachos no fue sincera, sino que respondía a la baja popularidad de un gobierno que tenía que enfrentar un referéndum revocatorio, por lo que apeló a las misiones, y una de ellas, la Robinson, tenía como objetivo hacer que todo el mundo supiera leer y escribir. Luego de puesta en marcha la misión, hubo voces que asomaron que no todo andaba como debía y cuestionaron los números que se difundían desde el Ministerio de Educación.
El chavismo, como es su costumbre, no atendió ninguna de las observaciones y arremetió contra los críticos. Hoy, a la luz del censo, sabemos quiénes tenían razón. Los números difundidos por Elías Eljuri, a quien no se puede tildar de "escuálido", reflejan que 5% de los venezolanos se consideran analfabetos y por algo lo deben decir. Según las cifras del INE, en 2001, antes de ponerse en práctica la misión Robinson, 93,6% de los venezolanos sabían leer y escribir.
Diez años después, ese porcentaje se incrementó en 1,5%, por lo que la referida misión no logró los objetivos cacareados por Chacumbele y compañía. Es evidente que Venezuela no es un territorio libre de analfabetismo ni de coberos tampoco.
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