Chávez solía tenerlo todo claro. Ahora el panorama es otro; sus decisiones y hasta sus candidatos se cambian y rotan porque ninguno ha mostrado ser suficientemente competente. El sábado, el botado fue el incapaz ministro de Relaciones Interiores, Tareck El Aissami, a quien Esteban lanzó como candidato a la Gobernación del Táchira y más tarde se arrepintió. Antes no importaba quién fuera el abanderado, porque el respaldo de Chacu era suficiente, ahora la cosa cambió. En definitiva, pasó de portaviones a submarino
SIMÓM BOCCANEGRA/TalCualDigital
En un pasado no tan lejano el prócer de Sabaneta fue considerado como el gran elector. Su respaldo era suficiente para que el beneficiario del mismo lograra el triunfo.
A lo anterior se unía que cuando tomaba una decisión la misma era acatada sin chistar, algo que ahora no ocurre de la misma manera. Sus candidatos, desde el punto de vista electoral, eran acertados pues lograban, en la mayoría de los casos, el triunfo, no por las virtudes de los postulados sino por el impulso que la mayoría de estos bate quebrado recibían de Esteban.
En ese grupo hubo dos excepciones: Henri Falcón y José Gregorio "El Gato" Briceño, ambos con liderazgo propio, lo que explica en buena medida que se hayan distanciado de Chacumbele.
Hoy la situación es otra. A pesar de que "sus" encuestas dicen que el comandante presidente tiene una ventaja abrumadora, y hay quienes se lo creen, parece que no es suficiente para garantizar el triunfo en las gobernaciones.
Esa es la explicación que se le puede dar al hecho de que en una semana cambiara a dos de sus candidatos a esa instancia de gobierno. El primero en rodar fue el canciller Nicolás Maduro, quien fuera sustituido por Francisco Ameliach a pesar de las protestas del soberano rojo.
Democracia participativa, que le dicen a eso. El sábado, el botado fue el incapaz ministro de Relaciones Interiores, Tareck El Aissami, a quien Esteban lanzó como candidato a la Gobernación del Táchira.
En este caso, el cónclave democrático que manda dentro del PSUV, es decir Chacu, no encuentra sustituto. Así serán de bacalaos los dirigentes del estado andino que no tienen ni un Ameliach que salga de emergente.
Parece que ni la Fosforito tendría chance de ser candidata, de lo malaza que ha demostrado ser como ministra. En todo caso, antes no importaba quién fuera el abanderado, porque el respaldo de Chacu era suficiente, ahora la cosa cambió. En definitiva, pasó de portaviones a submarino.
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