Casi 10 meses después de que uno de los mayores empleadores privados de Miami pidiera protección por bancarrota, todavía no se conoce el número de empleados locales de American Airlines que perderán su trabajo.
Pero, gracias a una ley federal que exige a las compañías que adviertan a los trabajadores si existe la posibilidad de que se vean afectados, el cuadro se hace más claro a medida que la aerolínea continúa sus esfuerzos de reestructuración.
El escenario más sombrío para los 9,000 empleados de la aerolínea en la región: más de 1,400 personas podrían ser afectadas, la inmensa mayoría de ellas en el Aeropuerto Internacional de Miami, según una notificación presentada a la agencia de empleo del estado.
Pero la aerolínea y un representante local del sindicato indicaron que se espera que el número de trabajadores que pierdan su empleo en Miami sea mucho menor. Y algunas de las personas cuyos puestos de trabajos pasen a subcontratación, podrían encontrar empleo con las compañías que sean contratadas para hacer ese trabajo.
A nivel nacional, la aerolínea está enviando advertencias de posible pérdida de empleo a más de 11,000 trabajadores, con la expectativa de cesantear a unos 4,400.
El portavoz de American Airlines Bruce Hicks declaró el martes que menos del 40 por ciento de los que están recibiendo notificaciones perderán su empleo. Las leyes federales exigen a la compañía que notifique a todo aquel cuyo puesto podría cambiar, incluyendo aquellos que pudieran ser desplazados por empleados de más antigüedad cuyos puestos sean eliminados o pasen a subcontratación.
En un comunicado, Hicks dijo que por medio de programas de incentivos para los que pidan la baja, negociaciones y otras soluciones, se espera que la aerolínea deje cesantes solamente a un tercio de los empleados que había estimado originalmente. American informó en febrero que planeaba recortar 14,000 puestos, incluyendo 13,000 ocupados por trabajadores pertenecientes a sindicatos.
Durante el verano American aceptó medidas de reducción de costos ligeramente más pequeñas mientras negociaba nuevos contratos de empleo sindicales, y acordó dar bonos a azafatas, sobrecargos y empleados terrestres que renunciaran a su trabajo. Hasta el momento, 1,800 azafatas y sobrecargos y 800 trabajadores terrestres habían solicitado la baja, reportó la Associated Press.
“Debido a que algunos de los programas de incentivos están todavía en vigor, y a que los cambios tendrán lugar durante varios meses, todavía no tenemos cifras finales para las licencias sin sueldo”, escribió Hicks.
Según una notificación presentada a la agencia de empleo del estado, el número de empleados que podrían verse afectados en el Aeropuerto Internacional de Fort Lauderdale-Hollywood el 16 de noviembre o alrededor de esa fecha es de 47; alrededor de 158 empleados podrían verse afectados en la misma fecha en el Aeropuerto Internacional de Miami y otros 1,209 podrían verse afectados en el MIA el 16 de diciembre o alrededor de esa fecha.
La mayoría de los empleos detallados en la notificación —668— son de servicio a la flota y jefes de equipo en el MIA, seguidos por 323 mecánicos, 174 trabajadores de mantenimiento y 102 agentes de aeropuerto.
Pero Sidney Jiménez, presidente de la Sección #568 local del Sindicato de Trabajadores del Transporte (TWU), que cubre Miami y Fort Lauderdale, aseguró que el sindicato espera que muchas menos personas pierdan su trabajo involuntariamente. TWU representa a trabajadores de servicio a la flota, mantenimiento y mecánicos, entre otros grupos.
“Si las estrellas se alinean de la peor manera y sucediera todo lo peor, esas serían las cifras”, indicó. “Debido a otras maneras internas de mitigar esa cifra, consideramos que serán sustancialmente más bajas en lo que respecta a las cesantías”.
En otra notificación la semana pasada, la aerolínea regional American Eagle advirtió que 146 empleados en el Aeropuerto Internacional de Miami podrían verse afectados, entre ellos 77 pilotos y 65 azafatas y sobrecargos. Su compañía madre AMR quería vender o separar a Eagle, pero esos planes fueron pospuestos desde que presentaran la bancarrota en noviembre.
Parte de la estrategia general para el éxito después de la quiebra es aumentar el tráfico en centros clave en un 20 por ciento durante los próximos cinco años. American ha enfatizado que Miami, con sus rentables rutas latinoamericanas, es clave para American.
El martes, una vocera de la aerolínea indicó que ya está teniendo lugar un crecimiento. Durante agosto, el número de pasajes disponibles para volar a Miami y desde la ciudad ha aumentado en un 4.6 por ciento de un año al otro, y las cifras de pasajeros ya han subido un 6.1 por ciento en comparación con la misma fecha en el 2011.
American es con mucho la aerolínea más grande en el Aeropuerto Internacional de Miami, y la terminal aérea no espera que los cesantías cambien esa realidad.
“Aunque esta medida representa una disminución de empleos no determinada, y que empleados locales sean probablemente reemplazados, y que el Condado se entristecerá sin duda ante toda pérdida de empleo, American Airlines nos ha asegurado que mantiene su compromiso de expandir sus operaciones en el Aeropuerto Internacional de Miami como uno de sus centros más rentables”, afirmó Greg Chin, portavoz del Departamento de Aviación de Miami-Dade. “Además, la compañía nos ha asegurado que brindará ayuda a los empleados que sean reemplazados o cesanteados por medio de opciones para su ubicación laboral”.
La aerolínea informó anteriormente que planea subcontratar algunos puestos, tales como los de agentes de carga y trabajadores de mantenimiento, y que planea ayudar a sus empleados desplazados a encontrar trabajo con las compañías que subcontrate.
Michael Boyd, consultor de aviación de Evergreen, Colorado, explicó que la subcontratación tiene sentido mientras que AMR trata de apaciguar a sus acreedores por medio de la reducción de su nómina. Pero, de hacer demasiados cortes, American se arriesgaría a arruinar su reputación ante los pasajeros, comentó.
“Una aerolínea es una organización de servicio. No puede subcontratarlo todo”, subrayó Boyd.
Aunque los acuerdos con varios sindicatos han ayudado a reducir el número de despidos que serán necesarios, los pilotos votaron por mayoría abrumadora en contra de la última oferta de contrato de la compañía. Un juez federal de bancarrota permitió a American imponer nuevas reglas laborales y de pago a los pilotos.
La Asociación de Pilotos Aliados ha pedido a varios funcionarios federales que aprueben medidas que podrían acabar llevando a la huelga, pero no han recibido el permiso.
No obstante, los pilotos están llevando a cabo una votación de autorización de la huelga. Y, según la compañía, en días recientes han llamado a excusarse por enfermedad con más frecuencia de lo habitual, contribuyendo a un aumento en la cancelación de vuelos. American ha recortado su calendario de vuelos en septiembre y octubre en más del 2 por ciento para asegurar que tiene suficientes pilotos para operar los vuelos.
Hunter Keay, analista de Wolfe Trahan & Co., dijo que la amenaza de cancelaciones no llevará a los viajeros a evitar a American. Pero dijo que ha habido un “claro deterioro en las relaciones laborales” en American.
Keay dijo que una fusión de American con US Airways Group Inc. podría producir una aerolínea más grande con mayores ingresos y mayor paz laboral. Las dos compañías anunciaron el 31 de agosto que iban a comenzar conversaciones para discutir una posible fusión.
El Nuevo Herald
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