Que las cosas funcionen bien en una ciudad no se trata solo de que se inauguren obras o se pongan a funcionar nuevos servicios. Lo más importante es el seguimiento, el mantenimiento, la calidad. Eso es lo que está perdiendo aceleradamente el BusCaracas.
El diario Últimas Noticias reporta cómo el canal "exclusivo" es usado por motorizados, por peatones, por ciclistas arriesgando hasta su integridad, y por un sin fin de "vehículos oficiales" para saltarse la cola. La ciudad del más vivo. La PNB, encargada de cuidar el asunto, se hace la loca y no pone orden.
¿Quién manda entonces? Algunos conductores han tenido que disminuir la velocidad de los autobuses articulados para no poner en riesgo la vida de quienes se meten en el canal. El chapeo de los "vehículos oficiales" puede más, y termina dañando la calidad de un servicio para miles en beneficio de los manganzones con su chapa y su carnet rojito. Es evidente que hay una falta de educación y de conciencia, pero también de mano dura y de hacer cumplir la ley.
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