lunes, 22 de octubre de 2012

La joyita de Motta/Simón Boccanegra 22oct12

El hijo del general Luis Alfredo Motta Domínguez, presidente del Instituto Nacional de Tierras y excomandante de la Guardia Nacional Bolivariana, se ha convertido en toda una joyita. Pero es roja rojita. Es un rubí. Entre robos y hasta disparos está envuelto y aun así no pasa nada, no hay ley que se le aplique al muchachito. El rubí Motta Vegas es el ejemplo real del hombre nuevo: ese amparado por el poder y por los favores, los intocables, los descarados y descarriados

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Por años nos han metido en la cabeza dos conceptos sociales: el del hombre nuevo y el de los militares como ejemplo de todo lo bueno. No en balde muchos burócratas ayer eran uniformados, y una decena de candidatos rojos a las regionales también llevaban charreteras. Allí está el general Luis Alfredo Motta Domínguez, presidente del Instituto Nacional de Tierras y excomandante de la Guardia Nacional Bolivariana, cuyo hijo se ha convertido en toda una joyita. Pero es roja rojita. Es un rubí.

El junior comparte con su padre el nombre pero también las amistades de un sistema judicial carcomido. El jueves pasado el muchacho agredió a un taxista, a un policía y a un médico. No fue una simple discusión. Se habla de robo, y de disparos.

Pero al chamo lo detuvieron y a pesar de que el fiscal solicitó privativa de libertad, un tribunal lo soltó con régimen de presentación. Eso aun cuando es la cuarta vez en el año que el rubí hace fechorías.

Aún tiene una imputación por homicidio intencional frustrado en enero, y otras detenciones por robos. Sí, va armado. A él no le aplican ni la Ley Desarme, ni la justicia ciega.

Cuando aquél tiroteo en Las Mercedes en enero, donde el junior joyita le metió unos balazos a otra persona, el generalote dijo que dejaría que la "justicia" hiciera su trabajo bien, sin contemplaciones. Palabras para público de galería.

El chamo sigue haciendo de las suyas con impunidad, sigue armado, sigue realengo. Los portes de armas están suspendidos. El de él no, claro.

El rubí Motta Vegas es el ejemplo real del hombre nuevo: ese amparado por el poder y por los favores, los intocables, los descarados y descarriados. Mientras tanto, la señora justicia sigue sin vendaje, lo mira todo, y sus ejecutores ven particularmente el resultado del 7 de octubre. Sonríen. Se congratulan. Siguen destruyendo. Siguen amparando.

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