Por: VenEconomía
Para Venezuela, el 2 de diciembre de algunos años ha marcado negativamente la historia del país a favor de dictadores y caudillos, aún cuando los hechos precedentes se habían originado de una gesta de venezolanos que aspiraba cambios democráticos y de progreso para el país.
Hace 60 años, el 2 de diciembre de 1952, el Alto Mando Militar proclamó Presidente provisional de Venezuela al coronel Marcos Pérez Jiménez, candidato por el partido oficialista Frente Electoral Independiente, a la espuria Asamblea Constituyente realizada dos días antes, desconociendo así la voluntad popular que le dio la victoria al partido Unión Republicana Democrática (URD). Pérez Jiménez impuso por cinco años una férrea dictadura militar en el país.
Hace 10 años, un lunes 2 de diciembre se inició un paro cívico convocado por la Coordinadora Democrática (coalición de partidos políticos opositores al gobierno de Hugo Chávez), Fedecámaras, la Confederación Venezolana de Trabajadores, que contó con el apoyo de Unapetrol, sindicato petrolero integrado por la nómina mayor y ejecutiva de PDVSA y el de la sociedad civil.
Este paro cívico fue el cenit de más de un año de varios paros cívicos escalonados, huelgas obrero-patronales, la protesta masiva del 11 de abril de 2002, y tensiones crecientes entre los trabajadores y la directiva de la estatal petrolera, que rechazaban, entre otras políticas del Gobierno: la Ley de Tierras (promulgada vía habilitante en 2001 como el instrumento de expropiación de propiedades agroindustriales); la politización de PDVSA y el nombramiento de personas carentes de méritos profesionales en su Junta Directiva; el despido humillante de siete ejecutivos altamente calificados de PDVSA que hiciera Hugo Chávez vía cadena nacional, sonando despóticamente un pito y expresando “¡Pa´fuera!”; y, sobre todo, el incumplimiento del compromiso de rectificación de sus políticas asumido (Crucifijo en mano) por Hugo Chávez luego de su retorno al poder el 14 de abril de 2002.
Este paro fue convocado por 24 horas pero se extendió hasta el 3 de febrero de 2003 gracias a la maquiavélica manipulación del Gobierno que terminó poniendo a toda actividad petrolera bajo el control de Chávez y el despido arbitrario de más de 22.000 técnicos, profesionales y gerentes de la industria.
Ya es parte de la historia contemporánea del país la debacle a la que ha llevado a PDVSA la politización, la desinversión y la corrupción.
Y por si esto fuera poco, hace cinco años, el domingo 2 de diciembre de 2007, la población rechazó una reforma constitucional propuesta por Chávez, pero, el Presidente ha ignorado ese mandato popular recrudeciendo desde enero de 2008 sus planes para imponer en Venezuela un estado comunista que hoy va rumbo de hacerse irreversible en el nuevo sexenio presidencial del chavismo.
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