Ayer se incendió la Torre Oeste de Parque Central, si la Este ha tardado 8 años en llegar a tener ventanas, aunque sigue vacía por dentro, cuánto deberemos esperar para que la Torre Oeste, bien activa y con mucha gente trabajando en ella, sea más segura
SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Ayer se prendió en candela la Torre Oeste de Parque Central, en Caracas. El asunto no llegó a las dimensiones de cuando hace 8 años ardió su par, la Torre Este.
Sin embargo sirve para recordar aquél evento y el tiempo que ha pasado para reconstruir lo que tomó 5 años hacer de cero en los años 70. Ejemplo, clarísimo, de la eficiencia que propugna "la nueva etapa" que se inició el 8 de octubre pero que se quedó a medio camino, ahora con un presidente ausente, de verdad.
Cuando se incendió la Torre Este y las llamas consumieron oficinas de no pocas instituciones públicas, se alertó sobre la precariedad de la infraestructura y, especialmente, del sistema de seguridad y de control de las llamas. Es más, se dijo que cuando se procediera a reparar la Torre Este, el ministerio del caso se ocuparía de revisar, actualizar y adaptar la Torre Oeste para evitar que ocurriera algo similar.
¿En qué habrá quedado esa propuesta? Si la Este ha tardado 8 años en llegar a tener ventanas, aunque sigue vacía por dentro, cuánto deberemos esperar para que la Torre Oeste, bien activa y con mucha gente trabajando en ella, sea más segura.
Ese conjunto arquitectónico, modelo para toda la región latinoamericana, es apenas la sombra, el fantasma, de lo que fue, en gran parte, debido al abandono que le ha impreso la "revolución".
Esperamos que las autoridades informen las causas de ese incendio de ayer que obligó a desalojar el piso 15, y, aunque parezca una utopía, a que expliquen cuáles han sido esas adaptaciones que se le han hecho a los sistemas de alarma, emergencia y antifuegos de la torre. Mientras tanto, seguiremos volteando a la Torre Este, ahora ya no la única con la mácula de haber sido quemada.
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