Por: VenEconomía
Hugo Chávez ha armado su revolución comunista en las arenas movedizas de los controles de todo tipo. Y, como documenta la historia, todo gobernante que ha apostado a controlar y centralizar la economía, construye un castillo de naipes que termina por caer más temprano que tarde.
En Venezuela esto sucedió en 1988, finalizando el quinquenio de Jaime Lusinchi y que tanto daño hizo al incipiente Gobierno de Carlos Andrés Pérez II. Ahora, luego de nueve años de mantener Chávez un férreo garrote sobre los precios (y recientemente sobre los costos) de productos y bienes, así como sobre el tipo de cambio de la moneda, se están dando fuertes indicios de que la política de control chavista comienza a desmoronarse, en medio de la inflación, el desabastecimiento y la corrupción.
Este martes, el Banco Central de Venezuela informó que el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentó 2,3%, 0,6 puntos porcentuales más que el de octubre (1,7%) y la tasa más alta en los 16 meses precedentes. Este importante incremento del INPC fue provocado principalmente por aumentos en la categoría que concentra buena parte del consumo como son los alimentos (3,2%), el más alto desde agosto de 2011, debido al alza de los rubros agrícolas (6,5%). Y lo seguro es que para diciembre los precios de los alimentos seguirán subiendo cuando se registre el impacto de los aumentos de precios de la harina de maíz, el café y el arroz, tres insumos básicos en la dieta familiar, que recién autorizó el Ejecutivo Nacional. En el incremento del INPC de noviembre también habría contribuido el alza de bebidas alcohólicas y tabaco (4,9%); vestido y calzado (2,3%) y esparcimiento y cultura (2,3%) renglones que están asociados a importaciones no prioritarias, y que no reciben divisas preferenciales, otra estrategia gubernamental para controlar la economía.
Sin embargo, no sería de extrañar, que el Gobierno comience a jactarse de que logrará terminar este año con una inflación alrededor de 18%, cifra por debajo de la meta inflacionaria de 2012 (20%-22%).
Lo que también es seguro es que nadie del Gobierno chavista mencionará que esta inflación es aún una de las más altas de los países de la región y del mundo; que la tendencia desacelerativa que se mantuvo desde noviembre de 2011 se logró en base a controles de precios (entre otros, 19 rubros de Sundecop) y retrasos en los ajustes para rubros controlados por el Gobierno este año y no a una política antiinflacionaria basada en mayor producción y mayor oferta. Ni dirán tampoco que esa política de controles ya se agotó pues la tendencia acelerativa de la inflación registrada de los últimos tres meses indica que los precios empezaron a sincerarse luego de la coyuntura electoral.
Y menos aún aceptarán que en estos 14 años del castrochavismo lo que ha campeado en el país gracias a su política castradora es corrupción, destrucción del sector productivo, y la ficción de un crecimiento de la economía basado en controles y no en productividad, competitividad ni en el juego de la libre oferta y demanda.
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