En las filas del chavismo mantienen el ojo pelao con los saltatalanqueras, y no les agrada para nada la idea de que sus partidarios se pasen a otros bandos, pero aun así perdonaron y recibieron entre sus brazos al nuevo gobernador del Zulia Francisco Arias Cárdenas que en su pasado hasta de asesino calificó al Presidente
En el chavismo están mosca con los saltatalanqueras. No les agradan para nada. Menos aquellos que la han brincado en ambas direcciones. Hay dos ejemplos importantes. Uno es el electo gobernador del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, quien dijo de todo de su hoy jefe cuando compitió por la presidencia en 2000, hasta de asesino lo calificó. Después participó en el golpe de Estado de 2002 y finalmente regresó al regazo de Chacumbele con el rabo entre las patas.
Su penitencia fue larga pero valió la pena. Hay otro que desea seguir el mismo camino. Se ve que está dispuesto a hacer lo que haga falta para ganarse el perdón y llegar a donde más quiere: ser alcalde de Petare.
Pero en Aporrea lo tienen en la mira. Ya pasaron las elecciones y no son ahora necesarios. Uno de sus articulistas señala lo siguiente: "¿Qué hacer ahora con ellos? Lo sensato, digo yo, sería tratarlos como lo que son: seres de papel, sin consistencia, sin lealtades, sin armazón ideológica ni ética que los sostenga. Son tela arrugada y en girones.
El cesto de la basura parecería ser su destino natural. Me temo, sin embargo, que no es por esta ruta por donde marcha nuestra lógica política. Preparémonos para verlos en algún cargo bien remunerado y haciendo gala de una retórica revolucionaria ensayada la víspera". William Ojeda, van por ti./NDO
Fuente: TalCual
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