Por: VenEconomía
Van dos semanas desde que se anunció la devaluación del bolívar, para colocar el tipo de cambio a Bs.6,30:$.
Hasta ahora de lo poco que se tiene certeza es que la inflación y la escasez de bienes y productos básicos están haciendo de las suyas. Y que, incluso, las empresas del Estado han incrementado sus precios en un 46,5%.
Pero, lo único que se le ha ocurrido a los timadores al mando es echarle la culpa al sector productivo privado de la crisis que está en plena efervecencia, además de profundizar el control de precios a unos 50 productos, y de incrementar las coaciones y penalizaciones a las empresas, la mayoría de ellas sin fundamento legal o económico alguno.
Lo que extraña es que en un arranque de sinceridad el ministro Jorge Giordani haya reconocido que toda medida devaluacionista impacta en los precios, y que “la inflación es un problema de producción nacional".
¡Palabras ciertas, Ministro! Pero, parece que se le olvidó al Ministro de las Finanzas y la Planificación que la paupérrima situación actual del sector productivo y la desinversión galopante tienen su origen en las erradas políticas de estos 14 años, en los que él ha sido uno de los conductores de la economía del país.
Tal vez Giordani, y el combo que guía la economía chavista, cuando acusan al sector privado de haber dejado de producir y de invertir tratan de engañar a la población para esconder una realidad: Que al Estado hacerse dueño y señor de un sin fin de industrias de todo tipo y sector que estaban en plena productividad, estas cayeron en el abandono, en la desidia y la corrupción, dejando de ser productivas y competitivas. Ejemplos sobran, pero una pequeña muestra está en la escasez de la harina de maíz, donde las empresas privadas producen a capacidad mientras que las controladas por el Estado están produciendo muy por debajo de su capacidad.
Y cuando acusa al sector privado de que al dejar de producir han obligado al país a depender de las importaciones, parece que quieren hacerse los desentendidos con el hecho de que el gobierno ha expandido dramáticamente su participación en el sector importador. Y que éste ahora, no solo es ineficiente e ineficaz, sino que también es altamente corrupto. Ecoanalítica dio cifras de esta opacidad del Estado como importador: En 2012, en 40% de las importaciones realizadas por el gobierno se registró una sobrefacturación. Es decir, por cada $100 que el gobierno destinó a la importación, $60 se invirtieron realmente en el producto o bien importado, y $40 cayeron en los bolsillos de los “intermediarios”.
Estos millonarios chanchullos del chavismo, más las multimillonarias dádivas a países hermanados en la revolución castrocomunista, aunado al mal manejo y baja producción de PDVSA es lo que llevado a secar las arcas públicas, aún en tiempos de altos precios del petróleo.
Como una mentira que se repite 100 veces tiende a creerse cierta, y el gobierno repite y repite falsedades a granel, es conveniente recordar a la población que es el enfoque errado de un mal gobierno el que tiene la culpa de la crítica situación económica que hoy la está afectando.
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