Estanflación, la combinación de una economía estancada (o en recesión) con alta inflación es, el peor de todos los flagelos económicos que pueda sufrir un país. Y Venezuela está en puertas de entrar en esta aflicción por tercera vez en los últimos 14 años.
El Banco Central de Venezuela reportó que el PIB había crecido 0,7% en el primer trimestre de 2013. Sin embargo, Credit Suisse tomó los datos del BCV y los ajustó de acuerdo con factores estacionales, encontrando que el PIB en realidad se había contraído 1,8% en dicho período. Con ello, el banco prevé que para finales de 2013 la contracción económica alcanzará por lo menos un 7,1%.
A la par se tiene que la inflación se dispara de manera alarmante, alcanzando a fines de mayo a 6,2% para Caracas, variación intermensual no vista desde hace 17 años en tiempos de Rafael Caldera, cuando en junio de 1996 la inflación llegó a 7,1% por efecto del levantamiento de los controles de cambio y de precios. Lo alarmante es que la inflación acumula en los primeros cinco meses de 2013 18,6%, con lo cual la meta oficial de 16% que anunció el gobierno fue ya más que superada.
Esto es resultado de las políticas económicas de un gobierno que durante los últimos 14 años se ha centrado en asfixiar a los productores privados a través de a) controles de precios y otros obstáculos y b) expropiaciones y confiscaciones ilegales de sus propiedades. Para colmo la mayoría (si no todas) de las propiedades que han caído en sus garras las ha sumido en la ruina.
El resultado es una producción fuertemente disminuida. El PIB manufacturero representa ahora 14% del PIB consolidado frente a 17,4% en 1998.
Por algún tiempo, el Gobierno pudo ocultar el déficit de producción con las importaciones. Pero hubo dos cosas que salieron mal. Primero, el consumo creció de manera exponencial, como era de esperarse, dadas las políticas gubernamentales de dinero fácil. En segundo lugar, PDVSA ya no puede suministrar dólares suficientes para pagar las importaciones necesarias.
Lo cierto es que si en el segundo trimestre el PIB sigue desacelerándose mientras que los precios continúan en alza (VenEconomía cree que así será), Venezuela sufrirá del fenómeno de la estanflación, dejando al descubierto que las erradas políticas de la revolución han llevado al país a la ruina.
Lamentablemente, no se vislumbra una luz en el camino debido: 1) A que el gobierno sigue empeñado en imponer un proyecto político que está reñido con una economía competitiva, que atienda las reglas de la oferta y la demanda, sin controles perniciosos que crean graves distorsiones. 2) A que Nicolás Maduro no se atreverá a devaluar en medio de una campaña electoral donde se juegan los gobiernos municipales, pues esta medida tendría fuertes secuelas en el corto plazo. 3) A que al gobierno tutelar de los Castro, al que poco le importa el futuro de los venezolanos, sólo busca mantener el status quo que le garantice el petróleo y los petrodólares que generosamente le aporta el gobierno venezolano.
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