Por: VenEconomía
Luego del anuncio de Nicolás Maduro de dar una lucha sin cuartel para combatir la corrupción, el gobierno ¡Oh sorpresa! se ha dado por enterado de por lo menos dos focos de corrupción importantes, aunque se sigue haciendo el loco en otros casos de mayor impacto.
El primero de estos es el desfalco cometido contra el Fondo Chino-Venezolano por un monto de $84 millones, donde estarían involucrados funcionarios del Fondo y del Bandes quienes serían militantes del partido opositor Primero Justicia, según “informó” Maduro (sin pruebas y sin identificarlos, pero con mucha malicia).
A este desfalco se le suman unos $66 millones que se esfumaron en supuestas negociaciones fraudulentas realizadas a través de sobreprecios en la compra de bonos en el mercado internacional. Aunque Maduro ha querido adjudicarse el mérito de la denuncia de este fraude, la realidad es que quien lo destapó fue el FBI al detener en Miami a la Gerente Ejecutiva de Finanzas y Administración de Fondos del Bandes y a dos corredores de bolsa en Nueva York. Es decir, a Maduro no le quedó otra que asumirlo ante el hecho cumplido por el FBI.
Más impactante es el destape de la profunda y continuada, y por años denunciada, corrupción en Ferrominera del Orinoco, donde, entre otras prácticas corruptas, se vendía hierro esponja a $25 la tonelada a un intermediario que luego lo revendía con pingües ganancias. Según se calcula los desfalcos en Ferrominera superarían los $1.163 millones. Se ha detenido a varias personas, incluyendo al presidente de la empresa, Radwan Sabbagh; al empresario Yamal Mustafá, a quien vinculan con el gobernador del estado Bolívar, y el cual aparece involucrado con casi todos los casos de corrupción registrados en las empresas básicas; y al coronel de la Guardia Nacional, Juan Carlos Álvarez Dionisi. Este último habría sido encomendado en 2011 por el director de Inteligencia Militar, Hugo Carvajal, para investigar las irregularidades de Ferrominera, pero terminó extorsionando a los corruptos. A Sabbagh, por ejemplo, le habría pedido $20 millones para liberarlo de culpa.
Sin embargo, todo este engranaje de mafias de corruptos que ha merecido intempestivamente la atención de Maduro sólo sería la punta de un iceberg del tamaño de todo el aparato estatal.
Esto es así por la diversidad de casos de corrupción en diferentes entes públicos hartamente denunciados por diferentes vías, pero que duermen en las instituciones llamadas a investigarlos, como serían los de PDVAL, el Fondo de Pensiones de PDVSA y las asignaciones del SITME a empresas de maletín, entre otros. O debido a los de funcionarios repentinamente enriquecidos, pero sobre los cuales no hay información fidedigna acerca del origen de sus nuevas fortunas, como es el caso del teniente Alejandro Andrade, que ha detentado altos cargos en el gobierno del difunto Hugo Chávez, de quien se dice era amigo y confidente. La prensa nacional está llena de reseñas del ostentoso modo de vida de Andrade, donde abundan posesiones de caballos de raza, haras en Estados Unidos, y de quien se dice es uno de los nuevos propietarios de Globovisión.
Todo hace avizorar que aún queda todo un mundo revolucionario nada transparente por descubrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario